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Editorial 294

 


Vampiros psicológicos

 

La palabra vampiro trae a la mente la imagen siniestra de esas aves nocturnas; mezcla de bruja y diablo, que acecha en la noche para extraer la sangre de sus víctimas.

A nivel humano también existen "vampiros psicológicos" especializados en robar la energía mental a las personas. Esta clase de vampiros abunda en todas partes y en todos los niveles sociales.
Estos vampiros no viven en Transilvania, viven cerca de nosotros; pueden ser familiares, amigos o compañeros de trabajo, a quienes molesta nuestro éxito personal, profesional o matrimonial.


No importa el bien que les hagas o el buen trato que les des. Esta clase de personas no saben reconocer ni agradecer.


En el fondo son enemigos gratuitos que pueden estar disfrazados de buenas personas, pero producen un desgaste mental.


Son personas inmaduras y caprichosas, poco objetivas y con escasa conciencia del bien y del mal.
Carecen de escrúpulos y de límites, por lo cual, tienden a invadir el espacio físico y mental de los demás.


No son capaces de amistad verdadera ni de respeto a las personas.


Pueden fingir mientras sea necesario, pero acechan como el vampiro y atacan en el momento oportuno, debilitando la conciencia de las personas, complicando su vida y abandonándolas cuando más necesitan su apoyo. En cierta forma, disfrutan siendo perversas. No sienten culpa ni remordimiento por el mal causado; más bien lo disfrutan y tienden a justificarlo.


Pueden aparentar personas "normales", educadas, simpáticas, encantadoras... hasta que logran entrar en tu casa o en tu vida y comienzan a controlar tus ideas, sentimientos y decisiones. Acostumbran a ganar la batalla a fuerza de astucia y perseverancia.


Existen distintos grados de vampirismo y distintas modalidades que van desde el vampiro impulsivo y desenfadado hasta el sofisticado y sutil.
Suelen ser serviles con las personas poderosas y despóticos con los débiles.

Para protegerte de esta clase de vampiros, que pretenden manipular tu vida, es fundamental que establezcas unos límites y no aceptes opiniones, y, menos aún críticas, sobre aspectos importantes de tu vida.

Pero lo más importante es que aprendas a detectar esta clase de personas y evites toda relación con ellas, pues son muy hábiles y saben tejer su tela invisible de araña para atrapar a los incautos.

 

Aparte de estos vampiros malignos que podríamos describir como personas mentalmente enfermas y peligrosas, existe infinidad de personas vampiro, que en mayor o menor grado, irradian energía negativa y generan temor, angustia y preocupación.

Cuando asistes a una reunión o visitas a una amistad y sales contento, lleno de energía; sin duda, te has enriquecido con la buena vibración de las personas presentes. Te quieren y te estiman, no te alejes de ellas.


Otras veces sales deprimido y sin energía. Ocurre que en la reunión había algún vampiro psicológico.


En los cursos que dicto, por suerte, asiste gente buena, con ganas de superarse; sin embargo, en una ocasión asistió una persona vampiro.


Es fácil detectarla por su actitud. Yo sentía que los mensajes que enviaba a los asistentes, eran rechazados por esta persona vampiro, lo cual me causaba un cansancio muy grande.


Hoy, con la experiencia que tengo, conversaría con la persona en privado, le expondría la situación, le devolvería el dinero y le sacaría del curso, debido a que su influencia es nefasta. Es suficiente un sólo vampiro psicológico para robar la energía mental de un grupo entero e impedir que la energía fluya entre los asistentes.


Todos hemos experimentado esta realidad muchas veces. Por ejemplo, estamos en una reunión en la que todo discurre de maravilla hasta que llega una persona X y cambia la dinámica de la reunión; sin duda, se trata de una persona vampiro, una persona problemática, cuyas vibraciones rompen la armonía donde quiera que va.


Todos conocemos a personas que nos aportan fe, optimismo, vitalidad, alegía de vivir, espíritu de superación. Estas personas tienen salud mental, nos aprecian, sintonizan con nosotros y nos transmiten su energía.


También conocemos o nos topamos en la vida, con personas que nos dejan una sensación de angustia y cansancio. Se trata de personas que, de forma consciente o inconsciente nos roban la energía.
En realidad, los vampiros psicológicos no roban la energía de las personas, puesto que su mente no es capaz de absorber energía positiva; lo que ocurre es que generan mucha angustia, lo cual produce un gasto de nergía muy grande. Se cree que las personas consumen más del 70% de su energía por causa de la angustia, de los temores y de las preocupaciones.


Todas las personas que viven quejándose, criticando, culpando o anunciando desastres, son personas vampiro.


Quienes viven ventilando sus problemas en público, son personas vampiro.


Las personas que expresan temor, angustia, preocupación, estrés; son personas vampiro, porque ofrecen un panorama negativo de la vida que afecta a los demás. Nadie tiene derecho a ir por la vida perjudicando a la gente.


El "amigo" que te llama a cada rato y te distrae en el estudio o en tu trabajo, es un vampiro.
La persona que te desmotiva es un vampiro.


Solemos perder mucho tiempo, energía, motivación y oportunidades escuchando a personas que no aprenden de nosotros ni nos dejan nada bueno. éstas son también personas vampiro.


Hay numerosos programas de televisión que son programas vampiro.


Es importante estar atento para protegerse de diversas formas de vampirismo que pululan por todas partes.


Los vampiros más peligrosos son los familiares, amigos o compañeros de trabajo, porque confiamos en ellos, de modo que aceptamos sus ideas como buenas, sin análisis crítico. Al no filtrar sus mensajes, éstos entran en la mente, y una vez dentro, actúan con total libertad y pueden causarnos mucho daño sin que nosotros nos enteremos, debido a que escapan al control de la mente.


Por tanto, es responsabilidad de cada persona filtrar todos los mensajes, vengan de quien vengan.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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