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Editorial 290

 


Por qué existe el mal

 

A primera vista resulta incompatible la existencia del mal con la existencia de un Dios bueno y poderoso. Si Dios es bueno y poderoso, ¿Por qué permite el dolor, las injusticias...?

El mal no depende de Dios. Dios es bueno y perfecto. Dios creo al hombre libre, es decir, con el poder de decidir, con el poder de hacer el bien o hacer el mal. Pudo haber creado robots en vez de hombres y entonces el mundo sería "perfecto" pero frío e insensible. Dios prefirió crear al hombre, dotado de inteligencia, conciencia y libertad. Según el filósofo Platón, los seres humanos somos pequeños "demiurgos" (dioses) encargados de convertir las ideas en realidad.

Dios, al crear al hombre libre, se comprometió a respetar su libertad.
El hombre, por ser libre, es responsable de sus actos.

 

La inteligencia y la libertad son el mayor bien que el hombre ha recibido de Dios; además ha recibido una conciencia que le ayuda a discernir entre el bien y el mal, lo cual le permite elegir el bien y rectificar cuando se equivoca. Ahora bien, el hecho de que el hombre se aleje de los caminos del bien es responsabilidad exclusiva de él.


En principio, Dios da a todos la libertad necesaria para triunfar y ser felices, pero, después cada uno logra lo que puede de acuerdo al uso que hace de su libertad.


Si todos utilizáramos adecuadamente la libertad y cumpliéramos con nuestra misión, no existiría el mal; no habría egoísmo,odios, resentimientos, envidia, injusticias, temor, pobreza, ignorancia, corrupción, ni guerras.

Existirían ciertos problemas, propios de la naturaleza humana (dolores, enfermedades e inclusive la muerte, pero éstos no serían considerados males, sino efectos naturales del proceso de la vida.
Ahora bien, si existe el mal, alguien tiene que haberlo creado. Si no ha sido Dios habrá sido el demonio. Pero resulta absurdo pensar que Dios haya creado el mal y más absurdo aún, que haya permitido que el demonio lo haya introducido en su creación.


¿Qué es realmente el mal?


Para hablar del mal tenemos que comenzar por definir qué es el mal.
El mal no es una realidad en sí; es decir, no existe.
El mal es un concepto que hemos acuñado para referirnos a todo lo que no funciona bien o consideramos negativo; por ejemplo: La pobreza , la ignorancia, la corrupción, la injusticia, la guerra, etc.


La oscuridad no tiene existencia en sí. Es sólo ausencia de luz. La oscuridad es un concepto que utilizamos para indicar que no existe luz.

 

La nada no existe. Es sólo un concento que indica carencia de todo.

 

La ignorancia no existe como realidad, es sólo ausencia de conocimiento. Sin embargo sí existe el hombre ignorante, pero observa que "hombre" es sustantivo e "ignorante" es adjetivo, y, por tanto, no existe por sí mismo.

 

La injusticia es ausencia de justicia. El odio es ausencia de amor. La mentira es ausencia de verdad.
De igual forma, el mal no existe como realidad. El mal es ausencia de bien. El bien es una realidad que contiene alguna forma de valor, mientras que el mal, es ausencia o carencia de alguna forma de valor.

 

Por esta razón el mal no anda suelto. El mal está encarnado en los seres humanos y llena los espacios de su mente y de su corazón que deberían estar llenos de buenas ideas, de valores y de buenos sentimientos.


Son las personas las que generan el mal. Todos somos portadores de alguna forma de mal. La prueba es que donde no hay personas no existe ninguna forma de mal.


La única forma de acabar con el mal que reina en la sociedad es acabar con el mal que habita en el corazón de cada persona.


Existen muchos males que se ha acumulado a lo largo de la historia y constituye una deuda pesada con la vida que nos afecta a todos. Todos hemos contribuido a este mal y somos responsables del mismo; de aquí la obligación que todos tenemos de ser mejores personas.


Por formar parte de la sociedad todos pagamos de alguna forma las consecuencias del mal que reina en forma de pobreza, agresividad, injusticia, etc. sin embargo, las personas, en la medida que se superan están protegidas contra el mal.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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