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Editorial 279

 


No esperes que las cosas cambien


No esperes que las cosas cambien, crea las condiciones para que cambien
Uno de los mayores problemas de los seres humanos es que tardamos mucho en ver las cosas y en reaccionar. No tenemos en cuenta el sabio refrán que dice: “Es mejor prevenir que lamentar”

 

De nada sirve decir: “Si hubiera sabido. Si hubiera pensado. Si...”
Dejamos que las cosas pasen y sólo reaccionamos cuando el mundo se nos viene encima; por lo cual, en vez de trabajar en proyectos de desarrollo, se nos va la vida poniendo parches y apagando fuegos, lo cual supone gasto de energía, pérdida de tiempo y de oportunidades, angustia y pocos beneficios.


La Historia es la madre de todas las ciencias, es un testimonio vivo y constante que nos enseña cómo se generan los problemas personales y sociales, cómo se generan las crisis políticas, económicas y sociales, cómo se generan las guerras, los genocidios, etc. etc. y las consecuencias fatales de los mismos, pero somos demasiado ingenuos, soberbios, inconscientes e irresponsables, por lo cual, estamos condenados a vivir de crisis en crisis.


Son tantos los factores que influyen en la dinámica de la sociedad que resulta ingenuo pensar que pueden producirse cambios importantes. Podemos promulgar leyes maravillosas pero éstas sólo funcionan cuando las personas están a la altura de las mismas.


Entiendo que la vida es lucha y competencia, pero hay muchas formas de luchar. La finalidad de la lucha es ganar, pero, son pocos los que ganan y muchos los que pierden. Algo está fallando.

Es cierto que hemos progresado mucho pero hemos evolucionado poco.


No existe correlación entre la cantidad de conocimientos y riqueza que hay en el mundo y el poco desarrollo humano y la baja calidad de vida de la mayoría de las personas.


La gente existe pero son pocos los que “viven” y disfrutan realmente de la vida.


Se creía que la integración de países y la globalización unirían al mundo y generarían mejores condiciones de vida. Pero el problema del mundo no es tanto de integración política y económica sino de integración personal y social.


Mientras no mejore la calidad del ser humano. Mientras no se incremente el número de personas capaces y honestas. Mientras la política, la economía y las instituciones no sean dirigidas por personas de calidad, el futuro será presidido por las crisis.


Por tanto, más que cambiar el mundo por fuera es necesario cambiarlo por dentro. Esta tarea corresponde especialmente a las personas más evolucionadas, porque, nadie puede dar lo que no tiene.
El valor fundamental de la evolución no es el progreso científico y material, aunque son fundamentales, sino el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia.


Nosotros sólo podemos observar el funcionamiento externo de la sociedad, pero ignoramos lo que ocurre en lo íntimo de las personas, de las instituciones y de los gobiernos. Existe una dinámica invisible generada por intereses y poderes que luchan entre sí a niveles que nosotros ignoramos. Estas son las verdaderas fuerzas que mueven la historia.


En vista de lo expuesto, no podemos esperar que las cosas cambien. La historia seguirá el mismo camino que ha seguido hasta hoy; pero tú, que estás leyendo este tema, tienes bastante grado de evolución, de lo contrario no habrías llegado en la lectura hasta este punto. Tú no tienes por qué pagar los platos rotos de la historia, ni tienes por qué sufrir la ignorancia, la pobreza, las injusticias y la frustración de la sociedad. Tú puedes planificar, prever y controlar tu presente y tu futuro, para lo cual, necesitas percibir los signos de los tiempos, a nivel económico, laboral, etc. y capacitarte a tiempo para tener herramientas que te permitan sobrevivir y triunfar aún en tiempos de crisis.


Una persona creativa sabe adaptase constantemente y estar preparada para cualquier imprevisto.
La vida se acelera cada día y los cambios son profundos y universales, de modo que, nadie, en ninguna parte del mundo, tiene seguridad completa. El riesgo y la incertidumbre son compañeros inseparables de camino.


Uno de los mayores problemas de los seres humanos es que tardamos mucho en ver las cosas y en reaccionamos. No esperes que las cosas cambien; crea las condiciones para que cambien. Lo primero que necesitas cambiar eres tú. Hoy tienes lo que mereces tener en atención al esfuerzo realizado y a las decisiones que has tomado. Mañana tendrás lo que merezcas tener en atención al esfuerzo que realices y a las decisiones inteligentes y oportunas que tomes. El éxito o el fracaso son cuestiones muy personales que dependen básicamente del uso del libre albedrío.


La mejor forma de decidir a tiempo consiste en elaborar un Proyecto de Vida orientado a tu desarrollo integral. Este Proyecto de Vida debes realizarlo por escrito e internalizarlo mentalmente, de modo que todo lo que hagas esté dirigido a convertir el proyecto en realidad.


Al internalizar el proyecto, el cerebro se activa y permanece en estado de alerta para captar todo lo que sea útil para la realización del proyecto.


La experiencia indica que quienes viven de acuerdo a un Proyecto de Vida triunfan en todos los aspectos (profesional, económico, familiar, etc.) y están más protegidos contra cualquier tipo de crisis.


Tú no puedes resolver los problemas del mundo pero puedes ser parte de la solución. Tu ejemplo puede estimular a que muchas personas decidan ser capaces y honestas, y que, por efecto mariposa, tu influencia se extienda más allá de lo que te imaginas.


No estás obligado a ser un activista político pero puedes y debes aportar tu grano de arena para que gobiernen personas idóneas. Es una forma de garantizar la democracia, el progreso y la paz


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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