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Editorial 273

 


Consejo de Familia

 

El consejo de familia funciona en base al diálogo. El diálogo es democrático; los padres se despojan de su autoridad y participan en las mismas condiciones que los hijos.


Es importante que en el consejo de familia impere el respeto y el amor que se tienen y que todos participen con el deseo de incrementar la comprensión y la unión familiar. Si se convierte en mero análisis de problemas y en administración de justicia, está condenado al fracaso.


Cada uno expone su punto de vista sobre el asunto tratado y sobre todo, expresa cómo se siente.

Cada persona debe exprese de forma franca y espontánea. No están permitidas las críticas, las quejas, ni las acusaciones, porque, entonces, las personas se pondrán a la defensiva y actuarán de forma hipócrita, ocultando sus ideas y sentimientos.


Hay que separar los hechos de las personas. (Se analiza el hecho pero no se juzga a la persona). Mientras dura el consejo de familia, los participantes deben dejar de lado al "Padre interno" (autoritarismo) y al Niño (capricho) y funcionar desde el Adulto (lógica). Sin embargo, teniendo en cuenta que el ser humano es débil, hay que ser comprensivos, tolerantes y pacientes. Sólo con tiempo y paciencia se logran éxitos importantes.


Es importante entender la diferencia que existe entre diálogo y discusión. En el diálogo todos aportan ideas y razones, por tanto, se impone la lógica de las cosas; mientras que, en la discusión se imponen los sentimientos, que son irracionales, por lo cual, se complican más las cosas.


¿Cómo debe funcionar el consejo familiar?


Debe ser un momento de expansión, de análisis , de estímulo y de apoyo. Si después del consejo no sale fortalecida la unión familiar; algo ha funcionado mal.

Más que imponer normas y exigencias hay que crear conciencia, despertar el deseo de superación y enseñar a ser independientes, felices y responsables.

Cuando la ley se asocia al éxito y a la felicidad resulta fácil aceptarla.

En vez de dar ideas, consejos y soluciones es preferible enseñar a reflexionar y a encuentrar el camino por sí mismo.


¿Cuándo realizar el consejo familiar?


Puede ser una vez cada mes. Debe durar un tiempo prudencial y funcionar de forma ágil de modo que nadie se obstine.


Es conveniente instalarlo desde la infancia; después resulta difícil porque los hijos lo perciben como una forma de intromisión y dominio por parte de los padres. En caso contrario se puede iniciar de forma progresiva y sin profundizar en aspectos sensibles.


A continuación recordamos las ideas más importantes del capítulo : Cómo resolver los conflictos.
El ser humano vive en conflicto permanente consigo mismo y con los demás. De aquí la necesidad de aprender a convivir.


En todo conflicto existe una falta de lógica, de verdad, de justicia, de adaptación.


Los conflictos no benefician a nadie. En los conflictos, al igual que en las guerras, pierden todos.


Existen muchas personas reactivas que viven a la defensiva. Son muy susceptibles y conflictivas, tienden a desconocer su cuota de responsabilidad, por lo cual resulta difícil entenderse con ellas.

 

Rehúyen el terreno de la lógica porque saben que llevan la de perder; se atrincheran en el autoritarismo o bien en la lucha de sentimientos. Son expertas en el uso de la critica, de la acusación y de la descalificación.

Recomendamos repasar de vez en cuando las claves de Padre, del Adulto y del Niño, para manejar de forma eficaz las situaciones conflictivas.


La clave para resolver los conflictos de forma definitiva consiste en mantenerse siempre en el Adulto (lógica y realidad). Sólo desde el Adulto pueden resolverse los conflictos y lograr acuerdos.

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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