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Editorial 264

 


Cómo resistir al condicionamiento social


El ser humano es programado a través de la educación, primero en la familia y después en la escuela y en la sociedad. Si la programación es correcta (afecto, estímulos positivos, disciplina, etc.) el ser humano se adaptará a la vida de forma positiva, actuará de forma positiva, reaccionará de forma positiva y tomará decisiones eficaces; en consecuencia, le irá bien; pero; si es programado con carencias (falta de afectos, de estímulos positivos, etc.) actuará de forma desadaptada y le irá mal.


La programación intelectual, afectiva y social, se produce básicamente en la infancia, en los 5 primeros años. Estos años son decisivos para toda la vida. En estos años es muy poco lo que el niño puede influir en su programación mental, porque carece de conocimiento, de capacidad crítica y de libertad para decidir. Son los "padres" quienes realmente lo programan para el éxito o para el fracaso.


Después se impone la escuela, que puede facilitar o no el aprendizaje y la integración social. Finalmente se impone la sociedad (la calle, la televisión, los amigos...) quienes a través de comportamientos y de mensajes van introduciendo en la mente, ideas y necesidades que se imponen con fuerza debido a su poder sugestivo.


A medida que pasan los años las personas crecen y se van "adaptando" o mejor dicho, "sometiendo" a la realidad de la vida.


Debido a que la programación recibida en la infancia tiene muchas carencias, las personas son débiles y tienen dificultad para controlar la presión ejercida por la sociedad. Tarde o temprano, la mayoría de las personas, se pliegan a la dinámica de la sociedad y a la rutina de la vida, cuyo objetivo es sobrevivir. En estas circunstancias resulta difícil el desarrollo personal, lo cual conduce a la frustración. Como consecuencia de esta realidad, cada día se incrementan las enfermedades mentales.


Las personas son víctimas de la prisa, de la competencia y del consumismo.

Según los diarios estadounidenses The Washington Post y Usa Today. Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental, y auspiciado por el gobierno de EEUU, señalaba que el 46 por ciento de los norteamericanos (135) millones sufriría un serio desorden mental en 2005.

Los aspectos más positivos de la investigación son que el 41% de las personas con trastornos acudieron a tratamiento, frente a un 25% que lo hicieron durante la década anterior y el 19% hace veinte años.


Por su parte The Washington Post señala que nadie sabe por qué existen índices tan altos de enfermedades mentales en USA, pero reconoce la importancia de los "factores culturales".
Antes las personas tenían más poder para controlar su vida y su entorno, pero la globalización y el progreso han impreso a la vida una dinámica que se lleva por delante todo lo que no funciona bien.

 

Cómo resistir al condicionamiento social.

La única forma de resistir a la presión social consiste en ser libre por dentro. Nuestros enemigos no son la globalización, ni el progreso, ni la competencia. Ellos son oportunidades. Nuestros verdaderos enemigos están dentro de nosotros; son: la ignorancia, el temor, el egoísmo, la falta de creatividad, de desarrollo humano, de planificación, de perseverancia, etc.


Previendo que la globalización, el progreso y la competencia son dinámicas de la evolución y que se intensificarán más cada día, necesitamos adelantarnos al futuro y prever y seleccionar las condiciones que conducen a la mutación, es decir al cambio, al desarrollo, al éxito y a la libertad.


No esperes que la sociedad cambie y que se den las condiciones para actuar, porque esto no ocurrirá nunca. Si deseas triunfar. Si deseas liberarte de la competencia despiadada que rige a la sociedad. Si quieres evitar la angustia y el estrés, necesitas ponerte a valer y trabajar sobre un proyecto de vida personal que te ayude a controlar los aspectos fundamentales de tu vida.

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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