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Editorial 263

 


Prevenir las enfermedades mentales


Existen numerosas enfermedades mentales: El estrés, la ansiedad, la angustia, la depresión, la amnesia, el Alzheimer, etc.

El Alzheimer es una enfermedad progresiva y degenerativa del cerebro para la cual no existe cura por ahora. Es la más común de las demencias. Ataca lentamente las células nerviosas relacionadas con la memoria y el pensamiento.

 

Se cree que, a menos que se desarrollen métodos eficaces para la prevención y el tratamiento, la enfermedad de Alzheimer alcanzará proporciones epidémicas para mediados del siglo XXI.
Previendo esta posibilidad; además, como una forma efectiva de "controlar" cualquier otra enfermedad mental o el envejecimiento natural del cerebro, es conveniente fortalecer desde ahora la memoria y la cognición y desarrollar distintas áreas del cerebro que pudieran compensar las funciones perdidas.

Es conveniente desarrollar interé por distintas actividades:


- Realizar ejercicios de observación, concentración, distintos aprendizajes, distintas formas de creatividad (dibujo, pintura, manualidades, etc.
- Leer revistas o periódicos; rompecabezas, crucigramas, sopa de letras etc
- Recordar el nombre de amigos de infancia, vecinos, lugares, profesores, compañeros...
- Visualizar y recordar la ubicación de los objetos de la casa, de la oficina...
- Visualizar y recordar el mayor número de detalles del edificio, de alguna persona...
- Visualizar y recordar los nombres de las calles, plazas, edificios...de la ciudad...
- Observar un dibujo, cuadro o escena y tratar de recordar el mayor número de detalles. etc.
- Realizar operaciones de suma a gran velocidad
- Memorizar un párrafo pequeño
- Desarrollar el hábito de la lectura. La lectura es un gran activador del cerebro, pues exige la participación de numerosas capacidades mentales (atención, análisis, razonamiento, memoria, etc)
- Ejercicio físico (caminar...Mente sana en cuerpo sano)

Los seres humanos no podemos detener el deterioro del cuerpo y tampoco el deterioro mental producido por algunas enfermedades, pero sí podemos controlar, hasta cierto punto, el envejecimiento del cerebro debido a que, las células nerviosas estimuladas con ejercicios pueden crear nuevas conexiones, en cualquier edad, las cuales asumen muchas de las funciones de las células nerviosas que mueren.


El cerebro, sin importar la edad, es capaz de entender los cambios sociales y adaptarse a ellos. Es cuestión de actitud y de entrenamiento. Existen personas centenarias con una mente brillante y con una capacidad de adaptación y de relación sorprendentes.

El proyecto Alfa ofrece miles de ejercicios y de estímulos para desarrollar y mantener activas numerosas capacidades mentales y retardar el envejecimiento del cerebro y, en consecuencia, mejorar notablemente la calidad de vida.


Cómo ayuda el Proyecto Alfa a prevenir enfermedades mentales

El primer objetivo del Proyecto Alfa es activar el cerebro, es decir, agilizar los procesos mentales (percibir, procesar y reaccionar) esta es la función principal del cerebro. En esta actividad participan, de forma instantánea, numerosas capacidades (interés, atención, análisis, selección, etc.) Nosotros casi no nos damos cuenta porque el proceso es instantáneo. Realizamos millones de procesos mentales al día, pero sólo nos damos cuenta de aquellos que son importantes para resolver problemas y satisfacer necesidades.


Al activar los procesos mentales con ejercicios sencillos, cortos y agradables, las personas se vuelven mentalmente activas. No se limitan a ser espectadores pasivos de la vida, sino que observan con interés, piensan, analizan, interpretan, inventan soluciones... Esta actividad se convierte en un hábito constante y, lo más interesante es que, lejos de cansar, proporciona una sensación de vitalidad y de vivir plena y conscientemente la vida.


Para que el Proyecto Alfa sea más efectivo es necesario que las personas tengan una idea clara de todos los beneficios (físicos, intelectuales, psicológicos, sociales y espirituales que proporciona el Proyecto Alfa.


También es necesario un proyecto o plan de acción que integre los esfuerzos (Un plan de lectura, actividades sociales, paseos, relaciones sociales, tiempo para reflexionar, meditar, contemplar, rezar, crear y vivir...


Si bien es cierto que la ciencia está logrando el control de las enfermedades corporales y que se anuncian grandes avances a partir del descubrimiento del código genético, también es cierto que se anuncia el incremento de las enfermedades mentales.


Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental, y auspiciado por el gobierno de EEUU, señalaba que un 46 por ciento de los norteamericanos, 145 millones, sufrirá un serio desorden mental en en lo próximos años, según los diarios estadounidenses The Washington Post y Usa Today.


Los aspectos más positivos de la investigación son que el 41% de las personas con trastornos acudieron a tratamiento durante el pasado año, frente a un 25% que lo hicieron durante la década anterior y el 19% hace veinte años.

Los aspectos más negativos detectados por la investigación indican que sólo un tercio de los enfermos recibieron tratamiento efectivo y que las dolencias más severas comienzan a edades tempranas


Por su parte The Washington Post señala que nadie sabe por qué existen índices tan altos de enfermedades mentales en USA, pero reconoce la importancia de los "factores culturales".


Las minorías, a pesar de su pobreza, padecen de menos problemas mentales porque viven en familia, se apoyan unos a otros y evitan la soledad y el abandono que aqueja a representantes de las mayorías más ricas: ocho de cada diez neoyorquinos viven solos , lejos de sus familias y del lugar donde nacieron. Esta realidad es una advertencia que invita a cuidar y cultivar los valores familiares.

El Proyecto Alfa no está diseñado pensando en las enfermedades mentales sino en el desarrollo total, en la salud mental de cada día y en la calidad de vida, pero, proyectando las cosas a futuro, vemos que también tiene aplicación directa para "prevenir" y "controlar" mucha enfermedades mentales, para retardar el envejecimiento del cerebro y para tener una buena calidad de vida hata el final.


Para concluir te invito a leer la siguiente historia

El primer día de clase en la Universidad , nuestro profesor nos pidió que nos presentásemos a alguien que no conociésemos todavía. Me quedé de pie para mirar alrededor cuando una mano suave tocó mi hombro. Miré hacia atrás y vi una pequeña señora, viejita y arrugada, sonriéndome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser, me dijo: "Muchacho, mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años de edad. ¿Puedo darte un abrazo?" Me reí y respondí: "¡Claro que puede!". Y ella me dio un gigantesco apretón.


Le pregunté en plan de broma: "¿Por qué está usted en la facultad en tan tierna e inocente edad?"
Respondió juguetona: - "Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener un montón de hijos y entonces jubilarme y viajar". "Está bromeando", le dije. Yo estaba curioso por saber qué le había motivado a entrar en este desafío con su edad, y ella dijo: "Siempre soñé con tener estudios universitarios, y ahora lo estoy teniendo".


Después de clase caminamos hasta el edificio de la unión de estudiantes y compartimos una malteada de chocolate. Nos hicimos amigos. Todos los días.hablábamos sin parar. Yo quedaba siempre extasiado oyendo a aquella "máquina del tiempo" compartir su experiencia y sabiduría conmigo.


En el curso de un año, Rosa se volvió un ícono en el campus universitario y hacía amigos fácilmente dondequiera que iba. Adoraba vestirse bien, y su calidad de persona se reflejaba en la atención que daba a los estudiantes y en el respeto y admiración que los estudiantes le tenían. Estaba disfrutando la vida. Al fin del semestre invitamos a Rosa a hablar en nuestro banquete del equipo de fútbol. Fue presentada y se aproximó al podium. Cuando comenzó a leer su charla preparada, se le cayeron tres de las cinco hojas al suelo.


Frustrada, tomó el micrófono y dijo simplemente:
Discúlpenme, ¡estoy tan nerviosa! Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que déjenme hablarles sobre aquello que sé"
Mientras reíamos, ella despejó su garganta y comenzó: "No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar".

"Existen solamente tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito:
Se necesita reír y encontrar humor en cada día.
Se necesita tener un sueño, pues cuando éstos se pierden, uno muere...¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan!


Se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer... Si ustedes tienen diecinueve años de edad y se quedan tirados en la cama por un año entero sin hacer nada productivo, terminarán con veinte años... Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año y no hago cosa alguna, quedaré con ochenta y ocho años... Cualquiera consigue quedar más viejo. Eso no exige talento ni habilidad. Pero la idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad.


Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer. Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos"


Al fin de ese año, Rosa terminó el último año de la facultad que había comenzado en su mente tantos años atrás. Una semana después de recibirse, Rosa murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil alumnos de la facultad fuimos a su funeral en tributo a la maravillosa mujer, que nos enseñó, a través del ejemplo, que "nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que uno puede llegar a ser ser".


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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