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Editorial 249

 


Experiencia

 

El conocimiento es la información teórica que tenemos sobre las cosas mientras que la experiencia es la vivencia que tenemos de las cosas.


El conocimiento es importante porque informa acerca de las características y funcionamiento de las cosas, pero el conocimiento no desarrolla las habilidades necesarias para la correcta utilización de las mismas ni para adaptarse a la realidad de la vida. Nadie aprende a manejar leyendo el manual del conductor; es necesario entrenarse hasta adquirir los reflejos y los movimientos adecuados.


Todas las conductas humanas superiores (aprendizajes) son el resultado de hábitos adquiridos por entrenamiento.

Un hábito es una conducta adquirida por repetición. Con el ejercicio se integran cada vez más los movimientos que participan en cada acción. A medida que se van corrigiendo los movimientos inadecuados, la acción se hace más perfecta y eficaz. Con el tiempo el hábito se convierte en conducta automática de modo que la mente queda libre para ocuparse de otras cosas.


Los hábitos son una forma de economizar energía para invertirla en nuevos proyectos.


El desarrollo y el éxito en toda actividad depende de la adquisición de hábitos eficaces. Todo lo que realizas (moverte, caminar, hablar, leer, escribir, pensar, etc.), es el resultado de hábitos. Cuanto más perfectos son los hábitos, más fluidas y eficaces son las conductas y mayores las posibilidades de éxito.


El hecho de que la mayoría de los trabajos resulten pesados y desagradables se debe a que las personas no han desarrollados hábitos eficaces (experiencia) y, por tanto, funcionan por debajo de las exigencias requeridas.


Sin hábitos correctos, todo resulta difícil y desagradable.


Los hábitos (experiencia) no se adquieren por simple repetición sino por una integración y jerarquización de los movimientos en una estructura cada vez más simple, perfecta y fluida ; por lo cual es indispensable aprender a hacer bien las cosas, porque al hacerlas bien creamos las condiciones para hacerlas mejor. Por esta razón. "Tú dependes de la calidad de lo que haces"


Puesto que toda nuestra vida depende de hábitos eficaces (de experiencias de calidad), deberíamos aprender desde niños numerosos hábitos fluidos y eficaces (experiencias de calidad), tales como: leer bien, pensar, hablar y escribir bien, relacionarnos, disciplina, alimentación, responsabilidad, ser felices, compartir, etc.) Estas experiencias hacen que la vida fluya de forma natural y espontánea y que el hecho de vivir, estudiar, trabajar... se convierta en un placer maravilloso.


Las personas creen que la experiencia llega con los años, pero no es exactamente así. Si así fuera, todos los adultos serían sabios.


La experiencia llega a través de la acción consciente y de calidad. Muchas personas funcionan durante toda su vida con los mismos esquemas mentales y su acción es repetitiva; de modo que, su nivel de experiencia es siempre el mimo.


La experiencia es personal. Se pueden enseñar los conocimientos pero no la experiencia. La experiencia es como una vivencia, una sensación interna, un sexto sentido que ayuda a percibir las cosas de forma intuitiva y a tener respuestas creativas y rápidas.


La experiencia es como una vivencia (sabiduría) que va dejando la vida en las personas que funcionan correctamente.


Las personas poseen experiencias físicas, sociales, intelectuales, afectivas, artísticas, religiosas, morales y espirituales.


Los conocimientos son abstractos y tienden a olvidarse mientras que las experiencias son vivenciales y concretas, se graban con fuerza en la memoria y difícilmente se olvidan.


La vida cambia con rapidez. Se cree que en los próximos 30 años, se producirán más cambios que los que se produjeron en el siglo pasado. Esta realidad exige vivir en actitud de cambio, de aprendizaje y de adaptación permanente.

 

Los hábitos eficaces y las experiencias de calidad crean las condiciones para evolucionar de forma fluida, para prever y adelantarse al futuro


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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