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Editorial 246

 

Vivir en actitud de cambio

 

Desde siempre los seres humanos se han preocupado por el paso del tiempo y por lo efímero de las cosas y de la vida, pero fue a partir de los filósofos griegos que se planteó el devenir como un tema de estudio filosófico.

La frase de Heráclito 535 a 484 a. C. " Nadie se baña dos veces en el mismo río " llama a reflexión y ayuda a tomar conciencia de lo efímero de las cosas y de la vida.

El devenir es un elemento esencial de la realidad, ya que todas las cosas están sujetas al paso del tiempo y a la transformación; Incluso aquellas cosas que parecen estáticas.

Dentro del devenir las cosas suceden y se transforman con distintos ritmos. Hay cosas que fluyen con rapidez y hay cosas que fluyen lentamente. Lo cierto es que todo está sujeto a un proceso de cambio, gobernado por el devenir, y que el tiempo del ser humano es corto y fugaz.

Nadie duda del paso del tiempo que, a la vez que transforma también destruye y se lleva todo lo que amamos.

Para los filósofos griegos el devenir no es irracional, pues lo rige el logos, la razón universal.
"Todo surge conforme a medida y conforme a medida se extingue "

Según los filósofos griegos, el hombre puede descubrir este logos en su propio interior, pues, el logos es común e inmanente al hombre y a las cosas.

Lo expuesto sirve para tomar conciencia de que somos seres en proceso de transformación. No tenemos poder para frenar o evadir el devenir, por lo cual, estamos destinados a extinguirnos un día, pero la muerte no es el final. En nuestra cultura se ha dramatizado la muerte, por lo que, el temor a morir genera mucha angustia.

Cuando las personas viven en actitud de transformación y se esfuerzan por superarse, no tienen tiempo para pensar en el devenir que se lleva todo lo que amamos, sino que, piensan en el devenir como una oportunidad que les permite aprender, crecer, amar y convertir sus sueños en realidad.
Lo importante no es vivir sino cómo se vive. Lo importante no es quién eres, sino cómo eres, qué has hecho de ti, cuál es tu nivel de evolución, de plenitud, de felicidad.

Estamos acostumbrados a medir el tiempo en términos cronológicos, pero la vida tiene también una dimensión psíquica y una dimensión espiritual. El tiempo es muy relativo. Existen vidas largas en años, pero vacías de ideas, vacías de buenos recuerdos, vacías de éxitos y vacías de amor. Vidas llenas de temores, de angustias, de fracasos y de frustraciones. Por tanto, lo importante es entender que el devenir es un tiempo que nos da la vida para llegar a ser la mejor persona que podamos ser.

La vida es algo tan valioso que el cuerpo y el espíritu se resisten a la desintegración y a perder en un instante tantos esfuerzos que tuvimos que hacer para aprender a vivir.

¿Hasta dónde podría llegar el hombre si la muerte no se cruzara en su camino?

Resulta doloroso el tener que renunciar a tantas promesas de éxito y de felicidad que ofrece el futuro. Por eso, el ser humano debe vivir con intensidad el tiempo que le da la vida para realizar todos sus sueños.

Vivir en actitud de cambio significa: vivir despierto, consciente, enfocado en aquellas cosas importantes por las que vale la pena vivir y luchar.

Vivir en actitud de cambio significa: vivir con intensidad. El tiempo no se mide por la duración cronológica sino por la intensidad de los fenómenos vividos. Un minuto de conciencia profunda, de relación íntima, de conexión con instancias supremas, es suficiente para dar un valor total y un sentido de plenitud y de trascendencia a la vida. Las personas que han alcanzado estas experiencias cumbres así lo atestiguan.

Como todo cambio se inicia en la mente, es necesario adquirir una visión superior de las cosas y ser consecuente.

Muchas personas "viven en actitud de cambio" pero no logran los cambios que desean, debido a que siguen funcionando con los mismos esquemas mentales de siempre. Necesitan cambiar la dinámica del cerebro a través de ejercicios que ayuden a ir directamente a lo importante de las cosas. Esta dinámica ayuda a centrarse en lo esencial de la vida y liberarse de infinidad de cosas inútiles que ocupan y preocupan a la sociedad.