Editoriales

Editorial 192

 


Ley de la Intención y el Deseo

 

Es necesario saber qué desear, cómo desear y cómo obtener. Es necesario desear en el presente, poner la intención en el futuro y desapegarse del resultado. Si voy a lanzar una flecha al blanco, tengo que tener mi atención en el presente, es decir, en tensar el arco hacia atrás y colocar bien la flecha y tengo que dirigir mi intención a dar en el blanco, es decir, en el futuro, y, al mismo tiempo, despegarme del resultado de la acción.


Es decir, no me importa cuántos competidores hay en este torneo, no me importa si voy a ganar un premio, no me importa si voy a salir en las portadas de las revistas, no me importa si voy a perder. Lo único que puedo es hacer bien mi tarea porque depende de mi; lo demás depende de las leyes que rigen la vida. Si lo merezco me otorgarán el premio, en caso contrario, no lo merezco, lo cual no me quita nada, porque mi valor no depende de circunstancias aisladas.


Puedo estar seguro de que, si pongo interés y me esfuerzo lograré lo que me proponga y el éxito llegará a mí cuando deba llegarme, seguro de que la vida es justa y me otorgará lo que merezco en atención a mis méritos. Mi vida no puede depender de resultados puntuales, ni de circunstancias externas, sino de un proyecto serio que debo manejar personalmente.


Cada día recibimos bendiciones a manos llenas, pero no las valoramos y somos infelices porque no logramos lo que queremos en un momento dado; ignoramos que todo es el resultado de un proceso y que lo que nos ocurre es el resultado de la forma en que nos hemos programado.


Hoy tenemos más cosas que nunca y más oportunidades, pero no somos felices porque hemos desviado la atención y el interés hacia cosas supefluas que no podemos lograr, y, si por circunstancias de la vida pudiéramos lograrlas, tampoco seríamos felices, porque no sirven para satisfacer las necesidades fundamentales del ser humano. No llenes tu vida de cosas ni su mente de necesidades, porque serás esclavo de las cosas y tendrás dificultad para valorarte como persona.


¿Cómo aplicar la Ley de la Intención y el Deseo?


Pondré a funcionar la ley de la intención y el deseo comprometiéndome a hacer lo siguiente:


1) Haré una lista de todos mis deseos y la llevaré a donde quiera que vaya. Miraré la lista antes de entrar en mi silencio interior. La miraré antes de dormir por la noche y la miraré al despertar por la mañana. Es decir, la tendré siempre en la mira, pero, sin obsesionarme por lograr los objetivos.


2) Cuando las cosas no salgan bien, comprenderé que hay una razón importante que rige mi vida y que existe un plan cósmico divino que tiene para mí unos designios mucho más importantes que los que yo he concebido y que todo lo que me ocurre es una enseñanza para ascender a niveles superiores.

3) Desarrollaré la conciencia de vivir de forma consciente todos mis actos. Aceptaré el presente tal como es y proyectaré el futuro a través de mis intenciones y mis deseos más profundos y queridos.


4) Controlaré los temores, la angustia, la prisa y el estrés, consciente de que nada ni nadie puede hacerme daño si yo no lo permito y si soy fiel a mí mismo, seguro de que puedo lograr lo que me proponga a pesar de las adversidades, porque dependo de mí más que de las circunstancias externas.


5) Pondré todo de mi parte y luego aceptaré las cosas como vienen y aprenderé de ellas para rectificar y superarme.
Después de hecho todo lo anterior, puedo estar seguro de que se cumplirá en mi la Ley de Justicia, pero no se cumplir á cuando yo quiera sino en el justo momento.


Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus