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Editorial 191

 


La Ley del Menor Esfuerzo

 

Es la ley favorita de todas las personas, pero es la que menos aplicamos porque estamos acostumbrados a hacer las cosas con mucho esfuerzo, debido a nuestra ignorancia y pereza que nos impiden adquirir hábitos fluidos y eficaces. Por esta razón, el trabajo, el estudio y todo lo que hacemos nos exige una inversión muy grande de tiempo y de energía. Sin embargo, los pájaros sencillamente vuelan; los delfines sencillamente nadan y las estrellas sencillamente brillan. Sólo los humanos necesitamos realizar grandes esfuerzos. El universo no funciona de esta manera.


Si aprendiéramos a amar lo que hacemos se activaría nuestra mente y produciríamos la energía necesaria para alcanzar el éxito con facilidad. Es impresionante la facilidad con que aprendemos lo que nos gusta y lo que nos interesa. Si observas a las personas que funcionan bien verás con qué facilidad hacen las cosas. Nuestro cerebro da para todo, sólo hay que activarlo y entrenarlo. Una vez que aprende bien una cosa, la aprende para siempre. Hay estudiantes que tienen serias dificultades en el estudio porque nunca aprendieron a leer correctamente. Hay personas que llevan manejando toda la vida y nunda aprendieron a manejar correctamente. Etc. etc.


Pertenecemos a una cultura guerrera y voluntarista.


Necesitamos entender que la humanidad ha evolucionado y que el pico y la pala han quedado obsoletos; así como han quedado obsoletas las dictaduras y las guerras. La lucha de hoy está planteada a nivel económico, intelectual y mental; por esta razón, la Ley del Menor Esfuerzo nos invita a capacitarnos y a desarrollarnos como personas. De esta forma tendremos el poder de hacer fácil lo difícil, y, en vez de entrar en la dura competencia de la vida, podremos vivir a nuestro ritmo.


La Ley del Menor Esfuerzo enseña a aceptar las cosas como son y no querer cambiar el mundo ni intentar cambiar a las personas. "Deja el mundo como está, que está bien hecho" Refrán chino


El filósofo Confucio, siglo V a C. preocupado por la poca moral que existía en la sociedad china de entonces, decidió dedicarse a moralizar a la gente, pero pronto se dio cuenta de que sus palabras se las llevaba el viento. Entonces decidió moralizar a sus familiares y conocidos, pero tampoco le entendieron. En vista de lo ocurrido, Confucio se dedicó a superarse él mismo. Sin duda es por aquí por donde debió comenzar. Hoy, su ejemplo y sus ideas sirven guía espiritual a mil trescientos millones de chinos.

La Ley del Menor Esfuerzo no tiene nada que ver con la pereza. Enseña que en la vida las cosas ocurren cuando deben ocurrir y que es inútil luchar contra el destino. "No por levantarse antes amanece más temprano" Por lo cual, necesitamos aprender a aceptar lo que nos ocurre en el momento presente. Esto no significa esperar de forma pasiva a que ocurran las cosas. Significa capacitarse, prever y hacer todo lo posible para lograr los objetivos deseados y después aceptar lo que ocurra y aprender de lo bueno y de lo malo, evitando dramatizar las cosas.

La Ley del Menor Esfuerzo enseña que el interés genera concentración, energía e inteligencia, lo que facilita las cosas.


La Ley del Menor Esfuerzo enseña que todo se rige por leyes y es necesario conocer y aplicar dichas leyes para obtener el éxito. Quien desea aprender necesita conocer técnicas avanzadas de aprendizaje...


La Ley del Menor Esfuerzo enseña que existen métodos y formas eficaces de hacer las cosas; de modo que el conocimiento de estos métodos es condición para el éxito.


La Ley del Menor Esfuerzo enseña que es necesario vivir en armonía consigo mismo y con la gente.

 

Las personas consumen casi el 70% de su energía mental en controlar los temores, la angustia, las preocupaciones, la prisa y el estrés; por esta razón la gente se siente cansada y carece de fortaleza para lograr objetivos importantes.


La Ley del Menor Esfuerzo nos enseña que necesitamos perdonar porque el resentimiento es una carga muy pesada que impide que nuestra vida fluya.


La Ley del Menor Esfuerzo nos enseña que necesitamos perdonarnos y aceptar nuestros errores como parte del aprendizaje, pues, vivir con sentimiento de culpa y con la sensación de fracaso, atenta contra la autoestima y frena toda posibilidad de desarrollo.


La Ley del Menor Esfuerzo enseña a administrar la vida, el tiempo, las ideas...


La Ley del Menor Esfuerzo enseña que, más importante que estudiar mucho o trabajar mucho es capacitarse para funcionar a alto nivel y aprender mucho y producir mucho en poco tiempo y con el menor esfuerzo.


La Ley del Menor Esfuerzo enseña que antes de intentar algo debemos estar capacitados para lograrlo. En definitiva, antes de cambiar el mundo por fuera hay que cambiarlo por dentro, comenzando por uno mismo.


¿Cómo aplicar la Ley del Menor Esfuerzo?


Acepta los compromisos siguientes por hoy y por todos los días:


1) Practicaré la aceptación. Hoy aceptaré a las personas, las situaciones, las circunstancias y los sucesos tal como se presenten. Pensaré que cada momento es como debe ser, porque todo el universo es como debe ser. No lucharé contra todo el universo poniéndome en contra del momento presente. Mi aceptación es total y completa. Aceptaré las cosas y las personas como son en este momento, no como me gustaría que fueran.


2) Después de aceptar las cosas como son, aceptaré la responsabilidad de mi situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Sé que asumir la responsabilidad significa no culpar a nada ni a nadie y eso me incluye a mí. También sé que todo problema es una oportunidad para aprender, y que esta actitud de alerta ante todas las oportunidades me permite transformar este momento en un beneficio mayor.


3) Hoy mi conciencia mantendrá una actitud no defensiva. Renunciaré a la necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré la necesidad de convencer o persuadir a los demás de que acepten mi punto de vista. Permaneceré abierto a todas las opiniones sin aferrarme rígidamente a ninguna de ellas.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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