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Editorial 188

 


Ley de potencialidad


La Ley de Potencialidad puede llamarse de muchas maneras, pero en realidad es la Ley del Ser. Lo que somos lo debemos al poder que hemos recibido de Dios y del universo con los cuales estamos conectados. En nuestro yo interior somos potencialidad pura, pero necesitamos crecer y evolucionar.


La ley de Potencialidad nos ayuda a tomar conciencia de nosotros y de la vida, a través del silencio interior. El silencio y la meditación son necesarios para evolucionar.

Tú eres lo que es el profundo deseo que te impulsa.
Según sean tus deseos será tu voluntad.
Según sea tu voluntad así serán tus actos.
Según sean tus actos así será tu destino.

 

¿Cómo aplicar La ley de la Potencialidad Pura ?

 

Pondré a funcionar la ley de la potencialidad pura comprometiéndome a hacer lo siguiente:


1) Me pondré en contacto con el campo de la potencialidad, destinando todos los días un tiempo a estar en silencio, limitándome sólo a ser. También me sentaré solo a meditar en silencio por lo menos dos veces al día, por la mañana y por la noche. (Puedes comenzar por cinco minutos; cuando experimentes los beneficios que te aporta, aumentarás el tiempo de forma voluntaria)


2) Destinaré tiempo todos los días a estar en comunión con Dios y con la naturaleza para ser testigo silencioso de la inteligencia que reside en cada ser viviente. Me sentaré en silencio a observar la puesta del sol, a escuchar el ruido del océano o de la brisa, a oler el aroma de una flor o a observar a la gente. Disfrutaré el palpitar milenario de la vida y agradeceré el haber sido llamado a la existencia.


3) Practicaré el hábito de no juzgar. No juzgaré a nadie y aceptaré que cada uno tiene sus razones para ser como es y actuar como actúa.


4) Viviré de forma consciente y aprovecharé el tiempo que me da la vida para aprender, para crecer como persona, para amar, para ayudar a los demás, para disfrutar de tantas cosas maravillosas que me regala la vida y para convertir mis sueños en realidad.


5) Por medio de mi ejemplo y de mi actitud digna, humilde y generosa, seré un estímulo para que los demás se esfuercen por ser mejores personas, de modo que entre todos cambiemos el mundo por dentro, para que, de esta forma reine la paz y la armonía.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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