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Editorial 180

 


Las actividades reflejan los valores...

 

Cuando las actividades cotidianas son reflejo de los valores rectores, se experimenta una paz interna.


Lo más grande en la vida es sentirse seguro, libre, creativo y feliz; pero esta posibilidad le está vedada a muchas personas, las cuales tienen que adaptarse a formas de vida y de trabajo que no van con sus necesidades ni con sus intereses.


La sociedad es poderosa e impone modelos de vida y exigencias que tienen poco que ver con las necesidades profundas del ser humano, por lo cual, es conveniente aprender a ser lo más independiente posible. Esta es la mejor forma de ser congruente con los propios valores y no capitular ante las exigencias de la sociedad.


Todos los problemas que afligen a la sociedad son la expresión de la realidad interna de las personas. Para que cambie la sociedad es necesario que antes cambien las personas. Los cambios importantes suponen un proceso largo y difícil, debido a que las conductas humanas se deben a programaciones consolidadas a lo largo de los años; sin embargo, cuando las personas, como individuos y como sociedad, sienten que el camino que siguen conduce al abismo, pueden rectificar.
La angustia, el fracaso y la frustración de muchas personas se deben a que su vida no está regida por valores, sino por necesidades creadas y por intereses materiales.


A medida que alguien concentra su tiempo y energía en alcanzar tareas que tienen verdadero significado en su vida, se vuelve más inteligente, más capaz y más productivo y alcanza una sensación de poder, de paz y de armonía interior.


Muchas personas tienen ideas y proyectos, pero luego son arrastradas por las circunstancias de la vida y no actúan en la dirección correcta.


Para conquistar la independencia y la libertad en la vida, antes hay que lograrla internamente; para lo cual es necesario definir con claridad los objetivos y metas a lograr, planificar estrategias y acciones concretas y alimentar constantemente el espíritu de superación con lecturas estimulantes, porque la sociedad genera mucho desgaste psicológico, moral y espiritual.


Es fundamental trabajar sobre un Proyecto de Vida que unifique todos los esfuerzos.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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