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Editorial 169

 


Ley de Justicia


La justicia consiste en dar a cada persona lo que le corresponde; es decir, en respetar sus derechos, los cuales, según el antiguo Derecho Romano son: "Vive honestamente, no hagas daño a nadie y da a cada uno lo suyo"


La justicia es una virtud que tiene por objeto regular la conducta de las personas. Existe una justicia humana que se apoya en leyes y normas establecidas por la sociedad con el fin de regular las relaciones sociales, de modo que las personas puedan convivir en paz. Estas leyes son un contrato que nos hemos dado y que nos hemos obligado a cumplir. El quebrantamiento de las leyes acarrea consecuencias penales.


La justicia humana se aplica a la conducta externa de las personas. Pero la vida humana es algo más que un contrato social. Los seres humanos tenemos conciencia, principios, valores y sentimientos que escapan al control de la sociedad. Estos aspectos pertenecen al campo de la responsabilidad personal.


La justicia legal exige respetar los derechos de los demás pero no se mete en la vida privada, de modo que, cada persona puede hacer con su vida lo que quiera, siempre que no perjudique a los demás, pero, existe una justicia moral que va más allá y prohíbe también todo lo que atenta contra la propia salud física y mental. De modo que, la verdadera justicia está en cumplir las leyes sociales a las cuales estamos obligados y en cumplir con las leyes de la conciencia que exigen hacer el bien y evitar el mal.


La justicia ha estado ausente a lo largo de la historia, debido a que los poderosos han impuesto su ley para beneficio propio. Fue la Revolución Francesa (1789), quien, con la Declaración de los Derechos del Hombre , despertó al mundo de su sopor. Las palabras libertad, igualdad y fraternidad retumbaron en la conciencia dormida de los pueblos y la gente tomó conciencia de su dignidad y de su derecho a vivir en libertad. La Revolución francesa sirvió de inspiración para la independencia de muchos países.


Gracias a la Ley de Justicia, los pueblos y las personas avanzan hacia la libertad en todos los aspectos. El camino es largo y difícil porque existen muchos intereses que se oponen a la justicia, pero el mayor impedimento está en el interior de las personas.


La justicia corre camino paralelo con la evolución. A medida que la sociedad evoluciona, adquiere más conciencia y mayor sensibilidad, lo cual se traduce en más y mejor justicia. Hoy luchamos por una justicia casi material (trabajo, alimento, techo, salud... pero llegará el tiempo en que los hombres lucharán por una justicia más espiritual, como es el derecho al conocimiento, al amor y a la felicidad.


La justicia siempre está en peligro, igual que la libertad, por lo cual, es tarea de todos estar atentos y colaborar con nuestro granito de arena, para construir la justicia y la paz.


La mayor injusticia del mundo es la ignorancia, debido a que es la raíz de todas las injusticias. "No le des un pez, enséñale a pescar" Sólo cuando las personas aprendan a pensar serán libres de verdad. El conocimiento es poder, progreso y libertad.


Otra gran injusticia es la falta de amor. El amor es la fuerza que mueve el mundo. Sin amor todo se paraliza. La mayor injusticia que podemos cometer contra nosotros mismos y contra las demás personas es no amarnos y no amar.


No existe ley humana que obligue a dar amor, pero la Ley de la Conciencia exige amar, debido a que es una condición para desarrollarnos como seres humanos.


La Ley de Justicia está grabada en el corazón de los seres humanos y desde lo profundo clama: justicia y la libertad, pero no puede convertirse en realidad mientras los seres humanos sean víctimas del egoísmo, de la ignorancia, de los temores...


Muchas personas están alienadas por la ignorancia y la pobreza, y, sobre todo, por falta de amor. Es necesario activar en ellas el espíritu de justicia para que sientan la necesidad de superarse y de aspirar a todos los bienes de la vida.


La misión de la Ley de Justicia es que se reconozca el valor de todas las personas sin que importen las diferencias culturales, sociales o de género y que se les de oportunidades para que puedan surgir. Quienes podemos leer este tema hemos surgido por la sola razón de que hemos tenido oportunidades.


La Ley de Justicia nos pide un poco de generosidad. Somos demasiado mezquinos. No se trata de dar un pez. No se trata de dar dinero. Se trata de dar algo de ti, en forma de respeto, de apoyo, de estimulo. Se trata de irradiar un poco de luz a tu paso por la vida. "Poco das si das de lo que tienes, mucho das, cuando das de ti mismo" K. Gibrán


La mejor forma de ayudar a que la Ley de Justicia se imponga en la sociedad y cambien las cosas es que seas la mejor persona que puedas ser, porque más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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