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Editorial 168

 


Ley de Desigualdad


La naturaleza es un derroche de creatividad que se reparte a manos llenas entre todos los seres que pueblan el universo

Ahora nos vamos a centrar en la Ley de Desigualdad en relación con los seres humanos. Somos más de 7 mil millones de personas y cada persona es única e irrepetible desde el punto de vista genético y desde otros puntos de vista (temperamento, carácter, inteligencia, etc.)


La ley de Desigualdad distribuye dones de acuerdo a la misión que asigna a cada persona. La distribución es justa y equitativa. Cada persona llega a esta vida con la dotación necesaria para cumplir su misión con eficacia. Para la Ley de Desigualdad todas las misiones son igualmente importantes. Pero la sociedad no piensa lo mismo. La sociedad ha creado sus propios criterios acerca del éxito. Según estos criterios, lo importante es lograr dinero y poder porque con ellos se pueden comprar muchas cosas.

Este error es causa de que muchas personas no se sientan satisfechas con lo que son ni con lo que hacen, debido a que se comparan con los demás y envidian su suerte.


Lo más inteligente es aceptar la misión que nos ha asignado la vida y entender que, el cumplimiento de nuestra misión es el único camino que tenemos para desarrollarnos y ser felices.
A través del justo cumplimiento de su misión, cada persona debe desarrollarse plenamente y ser feliz. Es deber de todas las personas desarrollarse y ser felices, pues, sólo las personas desarrolladas y felices emiten vibraciones de alta intensidad que favorecen la armonía y la evolución.

La desigualdad es el origen del movimiento y de la acción, por tanto, del desarrollo y de la vida.
Si no hubiera diferencias de ideas, todos pensaríamos lo mismo, no habría movimiento intelectual, ni creatividad, ni progreso.


A lo largo de la historia han surgido distintas ideologías que han pretendido imponer la uniformidad a nivel político, económico, religioso, social, cultural, etc. pero han fracasado rotundamente porque van en contra de la ley natural de Desigualdad.


La pluralidad y la desigualdad humana obedecen a un plan sabio de la naturaleza. En este plan, cada persona ocupa el lugar que le ha asignado la naturaleza. Este lugar es el mejor. En este lugar debe desarrollarse y ser feliz. De aquí la importancia de descubrir la propia vocación y seguirla con ilusión y conformidad.


Lo expuesto no tiene nada que ver con las desigualdades sociales y económicas generadas por la sociedad. La ley de Desigualdad no justifica estas diferencias que son producto de la ignorancia, de la pereza, de la injusticia y del egoísmo de las personas.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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