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Editorial 164

 


Ley de Creatividad


La naturaleza es un derroche de creatividad y de renovación permanente. Estamos tan acostumbrados a ver las cosas que nada nos llama la atención. Hemos perdido la capacidad de maravillarnos que tienen los niños, y , con ello, hemos perdido también la capacidad de crear y el sentido de la vida.


El mundo es para los niños una aventura fascinante, porque a todo le ponen imaginación, pero los adultos nos hemos vuelto prácticos y rutinarios. Hemos perdido la frescura, la vitalidad, la espontaneidad y la alegría de vivir, y también la creatividad.


Necesitamos recuperar ese niño que llevamos dentro. En psicología, el niño representa el subconsciente. El subconsciente es como el disco duro de la mente. En él reside la inteligencia emocional, la intuición, la motivación, la creatividad, las ganas de triunfar y de ser feliz; pero somos hijos de una sociedad represiva que nos enseña a percibir la vida como problema. De cada diez mensajes que hemos recibido a través de la educación, nueve han sido represivos de alguna forma. A nivel social ocurre lo mismo, el 90% de los mensajes expresan problemas, angustia, agresividad y sólo el 10% son reconfortantes. Esta es la razón principal por la cual las personas tienden a centrarse en sus problemas en vez de pensar en proyectos y en soluciones.

A pesar de que hemos sido programados con muchos mensajes negativos, hay una fuerza vital en lo íntimo de cada ser, que vibra con intensidad e impulsa a crecer. Necesitamos activar este impulso todos los días con mensajes positivos y nos sorprenderemos de hasta dónde podemos llegar; sólo es cuestión de programación. Todo en la vida funciona de acuerdo a una programación.


Para ser creativos necesitamos desarrollar las capacidades propias de los niños, lo cual no significa ser inmaduro e infantil, sino liberar las fuerzas de la creatividad y orientarlas de forma inteligente hacia objetivos importantes. Esto se logra a medida que desarrollamos autoestima, espíritu de superación y habilidades, y a medida que superamos temores, complejos y dependencias. Se trata de ser libres en ideas, sentimientos y decisiones.


La naturaleza es cambio y de renovación. Los niños siempre están inventando cosas, mientras los adultos pasamos los días repitiendo las mismas rutinas. Al no evolucionar quedamos desadaptados, somos poco eficaces y surgen los problemas.


La evolución tiene que ser global (intelectual, afectiva, social, moral y espiritual) Las personas envejecen físicamente por ley de vida, pero el envejecimiento mental es una cuestión personal que dependen de la actitud de cada persona.


El cerebro comienza a envejecer y deja de producir neuronas cuando las personas pierden motivación por vivir, cuando no tienen proyectos ni ilusiones. En este sentido existen personas de 100 años que son mentalmente jóvenes, debido a que tienen ganas de vivir y disfrutan de su existencia; mientras que, existen muchos jóvenes, mentalmente viejos, debido a que se siente derrotados y sin esperanza. En estas circunstancias el cerebro renuncia a luchar y le sobreviene la vejez prematura.


Lo expuesto debe servirnos para sacar algunas aplicaciones prácticas para nuestra vida. Es importante saber, pero las ideas por sí solas no cambian la vida. Necesitamos actuar. Necesitamos liberarnos de muchos paradigmas que oprimen nuestro espíritu, lo cual no significa transitar por el libertinaje. Se trata de fortalecer los principios que han sido válidos siempre, que son válidos hoy y que serán válidos en el futuro, como son: la honestidad, la educación, la amistad, la responsabilidad, etc.


La naturaleza humana siempre será la misma, por lo cual, los principios que deben regir la vida de las personas, a nivel individual y a nivel social, siempre serán los mismos. En este punto debe haber renovación, pero no cambios drásticos, ni modas pasajeras.


Vivimos en una sociedad mediocre, caracterizada por el relajo moral, la falta de conciencia y de responsabilidad, lo cual afecta a la convivencia, al desarrollo, al progreso, a la inteligencia, a la creatividad, etc. por lo cual, necesitamos comenzar por controlar nuestra vida. Quienes no saben controlar su propia vida no pueden controlar nada, en consecuencia, no pueden ser creativos, pues, ser creativo supone controlar la propia mente, controlar los instintos, controlar las emociones, etc.
El objetivo de la educación y de las leyes, no es la represión, sino el control de los instintos y la orientación de la energía y de la creatividad hacia objetivos valiosos.

El 90% de todas las cosas importantes que ha logrado la humanidad se deben a la creatividad, y el 10% a la inteligencia racional que se encarga de organizar la creatividad para que cumpla una función práctica.

Todo ser humano es activo y curioso por naturaleza, especialmente los niños son activos, curiosos y creativos. El instinto les impulsa al conocimiento del mundo que les rodea. El mundo se ofrece lleno de maravillas y es como una tentación, como un reto irresistible. El placer de descubrirlo es para los niños la aventura más maravillosa.

En la vida existen muchos placeres, generalmente pasajeros. La creatividad es un placer casi permanente. La persona creativa vive ocupada en realizar sus proyectos, sueños e ilusiones.

La emotividad activa la inteligencia emocional, la cual es la gran artífice de la creatividad. Esta es la razón por la cual, las grandes creaciones humanas son fruto de la fe, del amor y de la ilusión; de modo que, si quieres ser una persona creativa, exitosa y feliz, necesitas amar intensamente la meta que persigues, de lo contrario no se activará tu mente creativa y todo te resultará cuesta arriba.

La autoestima y la disciplina son fundamentales. La autoestima nutre el espíritu y genera energía, motivación y fe; y, la disciplina encauza la actividad hacia los objetivos correctos.


Las cosas cambian con rapidez. Surgen crisis, problemas, imprevistos, y los seres humanos se ven obligados a resolver las cosas sobre la marcha. En estas circunstancias, lo único que puede sacarnos a flote, no es la inteligencia racional sino la intuición, la creatividad. "En momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento" Einstein


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