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Editorial 163

 


Ley de selección

 

La Ley de Selección natural tiene como objetivo garantizar la evolución desde el punto de vista genético, ético, cultural... Para quienes creen únicamente en la materia, la evolución es un proceso simplemente biológico en el cual, los más capaces se imponen sobre los más débiles. Para quienes creen en instancias superiores, la selección abarca aspectos biológicos, éticos, culturales y espirituales.


En la lucha por la supervivencia prevalecen los más sanos, los más fuertes y los más inteligentes; garantizando de este modo el progreso evolutivo de la Naturaleza. Los estudios de Darwin y Lamarck son el mejor testimonio de esta ley.


Las epidemias, las enfermedades, las guerras y numerosas desgracias, cumplen con la Ley de Selección, dejando sobrevivir a los organismos más fuertes.


La ley de selección a veces resulta incomprensible. Muchas personas, al parecer vigorosas, cultas y virtuosas, son eliminadas, porque a la Naturaleza no le importan las ideas y los espíritus (pues éstos no mueren), sino los organismos físicos sobre los cuales avanza la evolución.


La selección física es también garantía de la selección ética e intelectual; por eso de "mente sana en cuerpo sano" Esto no quiere decir que no pueda darse un alma grande en un cuerpo deteriorado, pues no hay que olvidar que en los designios de la naturaleza entra el dolor como importante factor de sensibilización del espíritu y de evolución de la conciencia.


Además de la selección biológica existe la selección desde el punto de vista humano. Esta selección tiene por objetivo el triunfo de los valores de desarrollo (conocimiento, verdad, justicia, honestidad, democracia, sensibilidad, convivencia, progreso, etc.) sobre el egoísmo, la ignorancia o la agresividad.

Esta selección se produce en el campo de la vida diaria. Las personas interactúan y cada quien defiende sus derechos e intereses. Como la sociedad ha evolucionado existen unas reglas de juego dentro de las cuales actúan las personas.

La Ley de Selección no se impone de forma automática como ocurre en el caso de las selección biológica. En el caso humano respeta el libre albedrío que tiene cada persona y deja que cada quien ejerza libremente su albedrío. Cada persona se ve obligada a competir utilizando sus mejores herramientas. Los éxitos y fracasos proporcionan experiencia que ayuda a encontrar formas más eficaces de actuar. De esta forma, las personas más inteligentes y más esforzadas se imponen sobre los demás y sus ideas y conductas se convierten en paradigmas a seguir porque son más eficaces y garantizan el éxito. Es así como la sociedad evoluciona y cómo se impone la Ley de Selección.


Pero, la Ley de Selección, con frecuencia tiene que presenciar las locuras del ser humano. Esto ocurre, cuando las personas evolucionadas no asumen su responsabilidad social y dejan el campo libre para que tomen el poder personas poco capaces. Las personas poco capaces, tienen muchas carencias intelectuales, psicológicas y morales por lo cual, utilizarán el poder para beneficio propio, para combatir a quienes consideran "enemigos" en la competencia de la vida y para imponer leyes que garanticen su dominio a futuro.


Pero esta situación no le preocupa a la Ley de Selección. La Ley de Selección no tiene prisa porque tiene el tiempo a su favor. La Ley de Selección sabe que esta situación, a pesar de los desastres que causa, a la larga, favorece la evolución humana, pues impulsa a las personas capaces a reaccionar para recuperar espacios y libertades perdidas. Esta lucha obliga a encontrar formas de acción superior, por lo cual siempre se impone la Ley de Selección


Al margen de lo dicho, lo más importante es saber cómo influye la Ley de Selección en la vida de cada persona en particular.


Como somos libres, la Ley de Selección nos deja actuar, pero nos advierte de muchas formas si estamos actuando bien o mal, lo hace a través de la conciencia y de esa sensación interna que nos hace sentirnos bien o angustiados.


La Ley de Selección deja en nuestras manos la elección de las ideas, sentimientos, proyectos o decisiones. Una vez seleccionados se graban en la mente y comienzan a actuar, desencadenando las conductas correspondientes. Si respetamos la Ley de Selección y elegimos los valores de desarrollo, nos irá bien; en caso contrario surgirá el fracaso y la frustración, como advertencia de la Ley de Selección que nos invita a rectificar.


Según la Ley de selección, sólo triunfan quienes cumplen con las leyes naturales de la vida y con la ley de desarrollo personal.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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