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Editorial 151

 


Ley del Ritmo


En la naturaleza todo tiene un ritmo: El átomo, las olas, el crecimiento de los seres, el cerebro, el corazón. Este ritmo es natural y sincronizado; hace que la energía fluya sin esfuerzo y alcance en forma eficaz su objetivo.


Las aves migratorias viajan miles de kilómetros sin descansar, gracias a un ritmo perfecto que les permite dosificar la energía. Pero los seres humanos son victimas del agite y de la angustia que rompen el ritmo biológico y el ritmo mental, trastornando el funcionamiento del cuerpo y de la mente.
El ritmo es la forma acompasada, armoniosa, libre, fácil y relajada, de hacer las cosas. El ritmo establece la adecuada sincronización de todos los movimientos.


El ritmo es el ingrediente fundamental de los buenos hábitos. La eficacia de los buenos hábitos radica en que, al eliminar los movimientos inútiles, la acción adquiere ritmo, velocidad y control; lo cual supone ahorro de tiempo y de energía


El ritmo determina la calidad de las creaciones humanas. La calidad del baile, de la música, de la pintura, de la escultura, de la arquitectura, de la oratoria, de la escritura, del deporte, etc. esta determinada fundamentalmente por el ritmo de sus movimientos, de sus líneas y de sus formas.
La función del ritmo es la eficacia. El ritmo permite estudiar o trabajar durante horas, sin sentir cansancio y más aún, ayuda a disfrutar el placer de la acción.


El ritmo no es una cualidad aislada; es un producto del buen funcionamiento de toda la persona.
Los peores enemigos del ritmo son el temor, la angustia y la rigidez, mientras que, los mejores aliados son la confianza y el relax.


El buen ritmo es producto de hábitos eficaces. Los hábitos son una forma de economizar energía para invertirla en nuevos proyectos. El desarrollo depende de la adquisición de hábitos eficaces.

 

El ritmo supone reflejos físicos y mentales (hábitos) específicos para cada clase de conducta. Cuanto más perfectos son los reflejos más fluida y eficaz es la acción. Si observamos a las personas eficaces podemos comprobar que:
• Trabajan en forma concentrada y a la vez relajada.
• Están seguros de lo que hacen y además de que lo hacen bien.
• Lo realizan con agrado, disfrutando el placer de la creatividad.
• Van directamente a lo fundamental.
• Intentan superarse a sí mismos.

 

El ritmo es mucho más que el compás externo, está sobre todo, en la sincronización de la energía mental. La sincronización se logra cuando funcionan bien todos los elementos que participan en la acción y se apoyan mutuamente en el logro del objetivo. Por ejemplo. El ritmo en el estudio se logra cuando la persona está motivada, segura y concentrada; cuando tiene capacidad para comprender con facilidad, sabe seleccionar lo importante y puede reducirlo a su mínima expresión.


Según la Ley del Ritmo, las personas sólo pueden lograr el éxito y la felicidad cuando crean las condiciones necesarias para actuar con eficacia.

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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