Editoriales

Editorial 150

 


Ley de Polaridad

 

En la naturaleza todo tiene su contrario: El bien y el mal, la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza, la vida y la muerte.


Podríamos poner infinitos ejemplos, pero concluyamos diciendo que la existencia de cualquier cosa exige la existencia de su contrario, que la complementa y constituye con ella la unidad. Es la Ley de los Opuestos Complementarios, que nos da el claro-oscuro de la vida. Esta ley nos ayuda a entender que la vida y la gente son como son, que tienen su lado bueno y su lado malo; que el éxito y el fracaso son condiciones naturales e inevitables de la vida, el asunto está en aprender de ambos.


EL ser humano está acostumbrado a polarizar todo (Estás conmigo o estás contra mí.) Esta forma de ver las cosas nos lleva a ser extremistas e intransigentes, lo cual dificulta el diálogo y el entendimiento.


Recuerdo una historia hindú. En una plaza de Bombay acostumbraba a reunirse un grupo de ciegos. Un día llegó un elefante y los ciegos, llenos de curiosidad, se acercaron para conocer cómo son los elefantes. Un ciego palpó la pata, otro el colmillo, otro la cola, otro la trompa, otro la oreja. Cuando se alejó el elefante dijo uno de los ciegos: "El elefante es como una columna. No, dijo otro: "El elefante es como una estaca puntiaguda". No, dijo el tercer ciego: "El elefante es como una escoba. Y así, cada ciego fue dando su versión. Al final, lo que comenzó como algo divertido, terminó en una discusión acalorada.

La falta de objetividad hacía que las opiniones fueran irreconciliables. Cada ciego creía tener toda la razón, cuando en realidad sólo tenía un conocimiento particular.


Nacimiento y muerte. El nacimiento es el punto en que se inicia la vida y la muerte es el puno final pero, entre esos dos puntos existe un sinfín de puntos intermedios que constituyen la vida. Podemos definir la vida como: un proceso de desarrollo que se inicia en el nacimiento o como un procese de deterioro que se inicia en el nacimiento; depende si contemplamos la vida desde la perspectiva del nacimiento o desde la perspectiva de la muerte.


De igual manera, entre la verdad absoluta y la mentira absoluta, existe una gama de verdades relativas y una gama de mentiras relativas; verdades que limitan con la mentira y mentiras que limitan con la verdad.


En realidad, no podemos afirmar nada con certeza absoluta; para ello necesitaríamos conocer la esencia de las cosas y de las personas pero sólo podemos conocer sus manifestaciones externas; las cuales; son, con frecuencia, engañosas. Además, a la hora de percibir las cosas somos poco objetivos debido a que nos dejamos influenciar por nuestros temores, intereses y prejuicios. Supongamos que un grupo de personas: presencia un hecho (una riña o un accidente) cuando rindan su declaración te sorprenderás de las opiniones tan dispares y hasta contradictorias. ¿Cómo es posible que la gente no haya visto con claridad lo que ha sucedido delante de sus narices? Recuerda la historia de los ciegos. Las personas no perciben los hechos en forma global, sólo perciben los aspectos que más le llaman la atención y a partir de ellos interpretan los hechos. Les ocurre como al ciego que tocó la cola y luego dijo que el elefante era como una escoba.


Existen infinidad de ilusiones ópticas. Las ilusiones son errores de percepción debidos a factores externos que modifican la apariencia de la imagen; también pueden ser causadas por a factores psicológicos, como: La necesidad ( el que tiene hambre sueña con pan), el temor ( el ladrón ve policías por todas partes), la culpa ( el culpable cree que los demás hablan de él), la expectativa ( el que espera a alguien ve un parecido en muchas personas que se acercan), Los prejuicios ( una persona con prejuicios ve mala intención en los demás).

Observa la siguiente imagen. A simple vista, el punto amarillo está más cerca del vértice superior que de la base. ¿Qué piensas tú?

 

 

 

 

Podemos apostar una buena cantidad de dinero.
Tú opinas que el punto amarillo está más cerca del vértice superior que de la base y Yo opino que el punto amarillo está en el centro del triangulo.


Compuébalo.
Se trata de una ilusión óptica. Los elementos que rodean a cada cosa o hecho o mensaje tienden a distorsionar la realidad.

Lo expuesto nos invita a ser más prudentes y comprender que, a veces las cosas no son lo que aparentan y a veces no aparentan lo que son. Es necesario observar, analizar y comprobar en vez de aceptar pasivamente o juzgar sin razón.

 

Polaridad o Ley de los Contrarios
La polaridad es un concepto que los griegos definían como Ley de los Contrarios. Era considerada como el principio de las cosas. Este principio del cual derivaba todo, para unos era el calor y el frío; para los pitagóricos era lo par y lo impar; para Empédocles, el amor y la discordia. Heráclito creía que la lucha de los contrarios era la causa del devenir de todas las cosas. Platón aplicó la ley de los contrarios al pensamiento, dando origen a la dialéctica, es decir, a una forma de razonamiento según la cual, de dos ideas opuestas ( tesis y antítesis ), se obtiene una idea verdadera llamada síntesis.

 

El filósofo Hegel aplicó la ley de los contrarios a la ideas. Creía que el desarrollo del pensamiento se debía a la lucha entre ideas contrarias que generaban dinámica (dialéctica)


Este concepto fue adoptado por el marxismo y dio origen a la lucha de clases. Frente a la clase rica (tesis) el marxismo opuso el proletariado (antítesis). De esta lucha debía salir la nueva sociedad comunista (síntesis) en la cual todo sería común y todos serían iguales. Pero, el comunismo fracasó y siguió imponiéndose la ley de los contrarios, debido a que, la vida es competencia y la lucha debe seguir impulsando la evolución.


La polaridad existe no sólo en la naturaleza; dentro de cada ser humano luchan dos fuerzas antagónicas. Las fuerzas de desarrollo que impulsan a la expansión de la personalidad y los mecanismos de defensa que tienden a inhibir la personalidad. Estas dos tendencias coinciden con el pensamiento de Freud sobre el instinto. Según Freud, dentro de cada ser humano luchan dos instinto; el instinto de vida ( eros ) que le impulsa al desarrollo y el instinto de muerte ( tanatos ) que le impulsa a la auto destrucción.


De todo lo expuesto podemos concluir que el " leit motiv " de la vida y de la historia es la lucha, la competencia. A través de la lucha se desarrollan las personas. A través de la lucha se van logrando los ajustes necesarios para evolucionar y funcionar a niveles superiores. La lucha ha sido y será compañera inseparable del hombre; por tanto, la polaridad es positiva. Es un activador que impulsa a la búsqueda de soluciones, pero, como todo en la vida, puede ser un arma de doble filo. El problema no está tanto en la polaridad cuanto en la incapacidad de las personas para armonizar los contrarios.


¿Por qué tienden a polarizarse las personas?
Las personas necesitan sentirse seguras y reaccionan de forma instintiva en contra de todo lo que amenaza su seguridad. La posición de cada persona depende de su estructura mental. La estructura mental está constituida por principios, creencia, valores y sentimientos, grabados en la infancia de forma inconsciente a través de la educación. Esta estructura mental se va consolidando con los años y puede volverse más rígida o más flexible, dependiendo de la forma en que la persona maneja sus ideas y sentimientos.

Una educación autoritaria da origen a mentes rígidas. La rigidez dificulta el desarrollo y la adaptación, conduciendo al fracaso y a la frustración. Las personas frustradas tienen baja autoestima y se sienten amenazadas, de modo que, desarrollan conductas cada vez más rígidas para defenderse.


En momentos de crisis, cuando los principios, los valores y la seguridad corren peligro, se activan los mecanismos de defensa. Los mecanismos de defensa, son conductas reactivas (instintivas e irracionales) que en época pasadas le sirvieron al hombre para sobre vivir en un mundo hostil. Estas conductas, han sido controladas por medio de la educación, pero, cuando la circunstancias amenazan los valores fundamentales como son la familia, la religión, la patria y la libertad, surge de forma violenta la reacción defensiva y la gente se polariza formando grupos de fuerza para oponerse al "agresor". De esta forma se producen las guerras, los genocidios y toda clase de aberraciones sociales.


El fanatismo, la xenofobia y el racismo
El fanatismo , la xenofobia y el racismo son conductas muy arraigadas en los seres humanos. Parece que lo expuesto fuera cosa de épocas remotas y de países subdesarrollados, pero no, están sucediendo en este momento y en muchas partes. El racismo, la xenofobia y el fanatismo religioso están presentes en todos los países y en todas las personas. En el fondo, todos somos radicales, fanáticos e intransigentes y nos molestan quienes no comparten nuestra filosofía de la vida. Sin embargo, la educación nos ha ayudado a controlar estos sentimientos y también a disimularlos.


La globalización está produciendo cambios importantes en las estructuras sociales y en la forma de pensar de la gente. Está borrando todas las fronteras físicas y mentales y creando un solo espacio en el cual todos estamos obligados a convivir, pero, ¿cómo podremos vivir juntos en un mismo espacio físico si no somos capaces de superar el fanatismo, la xenofobia, el racismo y todos los "ismos" ?


La polarización es excluyente y genera una lucha en contra d e... Toda lucha en contra de hace soberbio al vencedor y resentido al vencido. La soberbia y el resentimiento son caldos propicios para futuros conflictos; por lo cual, estamos obligados a realizar un esfuerzo de comprensión, de tolerancia y de convivencia. Vivimos en una sociedad formada por un mosaico de personas, razas, costumbres, creencias... Cada cual cree tener la razón y trata de imponer su estilo de vida.


La gente está saturada de temores y prejuicios; en consecuencia, vive a la defensiva y reacciona en contra de todo lo que no coincide con su esquema mental, porque lo percibe como una amenaza.
Todos molestamos de muchas formas, a veces de forma consciente y otras veces sin darnos cuenta; de modo que, la comprensión, la tolerancia y el perdón son conductas indispensables para convivir en paz en una sociedad que tiende a la globalización total, en la que todos estamos obligados a vivir en un mismo espacio.

Debemos aceptar que cada persona es un mundo. Desde niños somos programados sobre la base de unos principios y valores que constituyen la estructura de la personalidad, de la idiosincrasia, de la identidad.


Estos principios se graban como algo absoluto, indiscutible y obligatorio , por lo cual, resulta muy difícil, por no decir imposible, cambiar la forma de ser, de pensar y de actuar. Esta realidad hace que cada persona y cada cultura se aferren a su identidad. Sin embargo, esta diversidad, lejos de ser un problema, es una fuente de riqueza y de creatividad. El problema no está en la diversidad sino en la mente estrecha, temerosa y llena de prejuicios de las personas.


Cuando las personas sienten amenazados sus principios y valores reaccionan violentamente en defensa de ellos, pues la violación o secuestro de los mismos significaría la pérdida de la propia identidad, del sentido de la vida y de la razón de ser.


La convivencia humana es muy superficial; en el interior de cada ser humano se esconde el fanatismo, el racismo, el chauvinismo, prontos a entrar en acción.


La historia humana es una lucha interminable por el control del poder entre pueblos, culturas, religiones y clases sociales. Hasta hace poco, cada una de estas instancias tenía su propio espacio geográfico y sus fronteras que, en cierta forma, les protegían; pero hoy se están borrando esas fronteras, de modo que, todas las personas, razas, culturas y religiones están obligadas a convivir en un mismo espacio.


Como señalamos al principio del tema, las personas no pueden cambiar del día a la noche su forma de ser, de pensar y de actuar; además ¿Cuál sería el modelo único a seguir? Nadie es dueño de la verdad. Cada uno tiene una verdad que, por lo menos, es válida para él
El reducir la diversidad a la uniformidad sería un empobrecimiento y una pérdida de valores importantes. Lo ideal es que las personas, culturas y religiones se vayan integrando progresivamente sin perder su identidad.


Lo que sí está claro es que, debemos aprender a ser comprensivos, a ser más tolerantes y a perdonar.

 

 

Comprensión, toletancia y perdón


En épocas pasadas se imponía la razón de la fuerza pero a medida que la humanidad evoluciona se va imponiendo la fuerza de la razón; sin embargo, la pobreza y la injusticia activan el resentimiento generador de luchas, de terrorismos y de guerras. Debemos entender y aceptar que es indispensable que todas las personas tengan acceso al conocimiento, al progreso y a la libertad; porque cuando la gente pierde la esperanza en un futuro mejor, se desencadenan los demonios que todos llevamos dentro.
La comprensión es el principio del entendimiento. Significa que entendemos y aceptamos que "los otros" tienen razones para pensar como piensan y actuar como actúan; aunque no compartamos su forma de pensar y de actuar.
La tolerancia supone un grado mayor de madurez. Exige respetar y compartir espacios comunes.
El perdón es una cualidad que poseen únicamente ciertas personas superadas. Significa que cuando alguien viola mis derechos, soy capaz de comprender que es una persona equivocada, que es víctima de sus temores, de sus prejuicios y de su frustración y por tanto, le perdono.
La gente respeta y admira a quienes son capaces de perdonar. Hay que comenzar por perdonarse a sí mismo; por ser humildes y aceptar que somos débiles y que pecamos muchas veces.
A medida que pasan los años se ven las cosas desde otra perspectiva y, liberados de la ira del momento, resulta más fácil comprender y perdonar.
La ira y el perdón se aprenden. La diferencia radica en que en la ira, la persona se deja llevar por un impulso irracional, mientras que, en el perdón, la persona controla la ira y en su lugar produce un sentimiento de perdón.
Un método que puede ayudarnos a comprender y perdonar, consiste en pensar lo mal que se sentirán las personas que nos hacen daño; pues, sólo una persona con serios problemas personales puede actuar de esta forma. Todos necesitamos ser comprendidos, tolerados y perdonados muchas veces. "El que esté sin pecado, arroje la primera piedra"
Vivimos en una sociedad de competencia despiadada y el instinto nos lleva a reaccionar en forma agresiva. El "Ojo por ojo y diente por diente" es una conducta alienante, pues nos obliga a vivir constantemente en actitud de ataque - defensa y, si alguien no detiene esta guerra, al final, todos terminaremos, como mínimo, ciegos y desdentados. Y, si tenemos en cuenta que la gente gasta el 70% de su energía física y mental en defenderse de sus propios temores, complejos, culpas y frustraciones. ¿Qué energía le puede quedar para avanzar en el proyecto de su propio desarrollo?
Necesitamos comprender, tolerar y perdonar, no sólo por razones religiosas o humanitaria, sino para sobrevivir en una sociedad conflictiva; pero resulta difícil comprender y perdonar a los demás si antes no aprendemos a comprendernos y a perdonarnos a nosotros mismos; es decir, a aceptar nuestros límites, nuestros defectos, nuestros fracasos, nuestras frustraciones, como parte natural de la vida; sólo entonces comprenderemos que los demás también tienen sus límites y su derecho a equivocarse, a veces en contra de nosotros. Si no eres capaz de perdonar, tienes un problema grave contigo mismo.
Los seres humanos tendemos a ser justicieros. Ignoramos que la comprensión, la tolerancia y el perdón son valores superiores a la justicia. La justicia es sólo una ley natural, mientras que, el perdón es una ley superior.
Tenemos que aceptar que, el otro, es una persona de carne y hueso, el cual, por circunstancias de la vida es distinto y ponernos en sus zapatos para poder comprenderle. Nos han enseñado a pensar que quienes no son como nosotros están equivocados (?) Todos tenemos un poco de la verdad y es esa verdad la que podemos compartir.
En el cristianismo existe una oración muy bella, el Padre Nuestro. Una de sus peticiones reza así: "Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Según esta oración, la condición para que Dios nos perdone es que nosotros también perdonemos.
El hecho de perdonar indica que eres capaz de dominar los instintos primitivos, como son: La ira, el odio, la venganza y el resentimiento pero, aún queda un buen trecho por andar. Es necesario llegar un poco más lejos y ser capaz de amar. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".
Según la Ley de Correspondencia, cada uno recibe lo que da; de modo que: "No juzgues y no serás juzgado. No condenes y no serás condenado. Perdona y serás perdonado". Ama y serás amado.
¿Cuántas veces debo perdonar? -"Setenta veces siete" es decir, siempre.
Cuando alguien nos hiera o traicione, podemos pensar en lo mal que se sentirá, porque al traicionarnos, se traiciona a sí mismo.
Los acontecimientos externos nos hieren en la medida en que nuestra autoestima es baja. Nos sentimos amenazados por los demás por la simple razón de que son distintos. En este caso, el problema no son ellos; el problema es nuestra estrechez mental. Si tú autoestima está alta, nadie puede herirte.
El hecho de ser comprensivo, tolerante y perdonador, no significa ser complaciente con la mentira y con el mal. La mentira y la injusticia son males y, por tanto, deben ser combatidos en forma radical; pero las personas que actúan en su nombre, están equivocadas y merecen el perdón.
Hoy, es tan importante y necesario el perdón para la salud mental que cada día se multiplican los libros y los talleres sobre este tema.

En conclusión: Necesitamos comprender que cada persona es un mundo, con un esquema mental propio y con una forma particular de reaccionar; de modo que, no intentes cambiar su rumbo, sólo ofrécele tu respeto y tu perdón.

Dicen que el perdón es propio de Dios y de los santos, en realidad es sólo una conducta de personas inteligentes.
En la toma de decisiones se enseña un método en el cual aparecen distintas posicione
1. YO gano y Tú pierdes.
Esta posición se basa en el abuso de poder. El más fuerte o astuto se impone por la fuerza. Esta actitud genera resentimiento y es una invitación al desquite, por lo cual es causa de futuros conflictos. Recuerda que no hay amigo pequeño ni enemigo pequeño.
2. YO pierdo y Tú ganas.
Yo pierdo por la única razón de que soy más débil. Toda persona avasallada interioriza la defensa a través del resentimiento y espera el momento del desquite.
3. NADIE pierde, TODOS ganan.
Esta es la forma de resolver definitivamente las diferencias.
Cada persona debe ser fiel a sus ideas, pero no puede ser radical; debe estar abierta al diálogo... para encontrar algún punto de coincidencia que permita una convivencia pacífica
La competencia es una forma de polarización


Las personas compiten entre sí. Compiten las empresas, los países y los continentes. Compiten las religiones, las razas, las ideologías, los partidos políticos... Cada uno defiende sus intereses. Sin embargo, la sociedad ha comprendido en los últimos años que la competencia genera un gasto inútil de energía.
Es alentador comprobar cómo muchos países europeos, históricamente enemigos, han dejado de lado sus fanatismos y diferencias para integrarse en una comunidad en la cual todos tienen los mismos derechos. La misma tónica de integración están siguiendo los países de los demás continentes. La globalización nos ha unido a todos en un mismo destino y hemos comprendido que es necesario que vaya bien a los demás para que nos vaya bien a nosotros. La idea mezquina de creer que la desgracia de los demás nos hace más fuertes ya no funciona. Ahora, las personas y los países necesitan darse la mano en vez de competir; sin embargo, siempre existirá la competencia, pero estará orientada especialmente a ganar en base a superación y calidad; por tanto, el enemigo a vencer no es la oposición sino nuestra mediocridad, como ya hemos señalado.
Nuestros mayores enemigos son la ignorancia y la pereza. Una persona capaz y luchadora tiene garantizado el éxito.
Necesitamos cambiar el concepto de competencia por el de superación


La competencia es una ley natural que afecta a todos los seres vivos.
Las plantas y los animales siguen compitiendo como hace miles de años, pero el hombre ha evolucionado y también la forma de competir. La evolución se caracteriza por el desarrollo de conductas superiores, es decir, más inteligentes y menos irracionales; más humanas y menos animales.

La competencia actual es producto de una filosofía errónea que exalta el esfuerzo y el trabajo como garantía de éxito. El trabajo produce riqueza, seguridad, estatus. Esta filosofía establece como postulado fundamental: " El logro de riqueza como garantía de éxito". Con la riqueza se pueden comprar todos los bienes que ofrece la vida. El deseo de riqueza es el motor de la economía mundial. Esta mentalidad ha generado un deseo compulsivo de riqueza que ha enganchado al hombre a la máquina de la producción. Se creía que el ser humano había nacido para vivir, desarrollarse y ser feliz; pero según esta filosofía, ha nacido para trabajar, hacer dinero y comprar el mayor número de cosas posible.

Cuando se plantea la vida en estos términos, es lógico que surja el temor. El temor es un mecanismo de supervivencia que reclama rectificación. Si nos valoramos más por lo que tenemos que por lo que somos; entonces. estamos condenados a ser esclavos del trabajo y víctimas de la competencia, pero, si comprendemos que el objeto de la vida es el desarrollo, podemos liberarnos del temor porque tenemos garantizado el éxito, debido a que dependemos de nuestras propias decisiones; sólo necesitamos ser consecuentes.
En la competencia el riesgo de ser superado genera un temor que bloquea las capacidades, mientras que, las personas que funcionan sobre la base del espíritu de superación, sólo están obligadas a hacer lo que pueden hacer, de la mejor forma posible.
De alguna forma, todos estamos obligados a trabajar para alguien y esto significa entrar en la competencia; pero a medida que asimiles el concepto de superación, encontrarás la forma de independizarte a nivel laboral y a otros muchos niveles; por tanto, es conveniente sembrar en la mente la semilla de la libertad; pensar en la posibilidad, a futuro, de una empresa propia. Por el momento, limítate a madurar la idea y deja que tu cerebro comience a trabajar en el proyecto; pero recuerda, el cerebro sólo trabajará si amas y deseas de verdad la superación. En este caso, tu cerebro estará atento como el radar a todo lo que sirva para lograr el desarrollo y la libertad, le estimulará a capacitarse en todos los aspectos necesarios: porque el desarrollo no es un regalo; es el producto de esfuerzo, constancia y de un plan bien programado.

Como se trata de un proyecto nuevo tu cerebro necesita materia prima adecuada (información, motivación, razones, reflexión, etc.
Cuanto más importante es el proyecto, cuanto más profundos son los cambios y cuanto más afecta a las estructuras fundamentales de la persona, exige más tiempo y maduración para ir generando los cambios internos necesarios que garanticen el éxito del proyecto.
Cómo existe una resistencia natural al cambio es recomendable utilizar las técnicas de autohipnosis y de autosugestión para producir a nivel subconscientes los cambios necesarios.
Existen principios y valores considerados sagrados e intocables, tales como la familia, la religión y la patria, sobre los cuales no es conveniente discutir porque estos temas constituyen la base de la identidad y cualquier crítica se convierte en amenaza que ofende y hiere profundamente. Para cada persona, su madre es la mejor, su patria es la mejor y su religión es la mejor. No importa lo humildes que estas sean, lo importante es que son suyas y son lo más íntimo, verdadero y profundo de su vida, de tal forma que si se lo quitaran, nada podría llenar ese vacío.
Antoine de Saint Exupery cuenta que, el Principito presencio el nacimiento de una flor, la vio tan desvalida que le tomó cariño y cuidó de ella. Un día se despidió de la flor para realizar un viaje. Llegó a un planeta sembrado de flores. El Principito se sintió muy desgraciado; su flor le había engañado, le había dicho que era única en el mundo y ahora veía ante si miles de flores, iguales a su amiga; pero luego se dijo: " Mi flor es única porque es mi amiga y porque la regué y la cuidé con amor.
Desde la verdad absoluta hasta la mentira absoluta, desde el éxito hasta el fracaso y desde la felicidad hasta la desdicha hay una gama infinita de posiciones. ¿En qué posición te encuentras tú? Si no estás en una posición mejor se debe a que no has sabido o no has podido llegar. El instinto nos impulsa hacia las estrellas. Nadie quiere fracasar; sin embargo, muchas personas fracasan porque fueron mal programadas en la infancia y luego no encontraron el camino en la vida.
El ser humano posee el libre albedrío y puede optar por el éxito pero, en la práctica las cosas son más difíciles de lo que creemos. Como ya indicamos, los padres y la sociedad programan a los niños. La ignorancia, la pobreza, el ambiente negativo, la falta de estímulos y de orientación, condicionan demasiado y hacen que las personas tengan pocas oportunidades de alcanzar el éxito. Todos sabemos por experiencia que para triunfar en algo hace falta una buena capacitación, tiempo y suerte, cosas que no están al alcance de la mayoría de las personas. Esta realidad debe llevarnos a ser más comprensivos con quienes son ignorantes, mal educados e irresponsables porque su desgracia es muy grande. La ignorancia y la mala educación no es exclusiva de los pobres; abunda también entre los profesionales.
Cada persona tiene una forma particular de ser, de sentir, de pensar y de actuar. Como dice Gandhi: " Soy único, irrepetible y universal". Esta realidad hace que cada persona sea un mundo con características propias; sin embargo, el hecho de ser humanos hace que el denominador común de nuestras vidas sea el mismo. Nuestros intereses y necesidades son los mismos. Esta coincidencia permite reducir la polaridad entre los seres humanos a través del diálogo, de la tolerancia y de la comprensión. Existen muchas personas rígidas, intransigentes y fanáticas con las cuales resulta difícil sintonizar; sin embargo todo ser humano es sociable y tiene una parte con la cual podemos relacionarnos.
Necesitamos aprender a matizar las cosas, a no afirmar ni negar más allá de lo justo. No hay nadie tan malo que no tenga algo de bondad. No hay nadie tan ignorante que no tenga algo de sabiduría.
La intransigencia y el fanatismo son actitudes irreductibles que encajan cada día menos en un mundo que avanza hacia la globalización.
La tolerancia se hace cada día más necesaria para poder convivir en una sociedad heterogénea en la cual cada persona tiene derecho a su espacio.
Necesitamos aceptar que cada persona es un mundo desconocido y complejo, que nadie tiene derecho a juzgar y menos aún a condenar. Además: " El que esté sin pecado tire la primera piedra".

En vez de discutir...es preferible colocarse en el lugar del otro para comprender sus razones
Sólo integrando lo positivo de las personas podremos crear un lugar de encuentro.


Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus