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Editorial 149

 


Ley de Vibración

 

Todo vibra, pero lo espiritual vibra más. El ser humano es como un imán magnetizado. Tiene el poder de atraer y de rechazar las vibraciones. Cuanto más desarrollada está la persona, más intensas, poderosas y rápidas son sus vibraciones. Según la ley de vibración todo lo que sentimos y pensamos se expresa a través de vibraciones y se expande en todas direcciones, influyendo para bien o para mal en uno mismo y en los demás.


Los seres se relacionan y se asocian de acuerdo a sus vibraciones; es decir, de acuerdo a su forma de pensar, de sentir y de actuar. Así se agrupan las personas en clases sociales, partidos políticos, profesiones, religiones,etc.


Algunas vibraciones son percibidas de forma consciente pero la inmensa mayoría son captadas a nivel subconsciente, desde donde actúan sobre la mente sin que tengamos conciencia de ello.


Las vibraciones positivas tienen mayor frecuencia que las vibraciones negativas; lo que se traduce en un poder superior de lo positivo sobre lo negativo; sin embargo, observamos con frecuencia, cómo las fuerzas del mal triunfan sobre el bien, pero a la larga siempre se impone la verdad y el bien, debido a que lo negativo lleva dentro de sí la semilla de su propia destrucción.


Las vibraciones forman un aura alrededor del cuerpo y ningún pensamiento negativo puede penetrar el aura positiva. Si vibras en positivo, nadie podrá causarte daño, pero si tienes miedo o dudas de tu poder, entonces te haces vulnerable. Para vibrar en positivo es necesario tener cierta calidad de persona, cultivar ideas, sentimientos, actitudes y conductas positivas.

Cuando te quejas por no tener dinero y dices "no tengo", por Ley de Vibración te conectas con toda la miseria del mundo. Cuando piensas en positivo y agradeces a Dios y a la vida por tantos bienes recibidos, tu mente crea las condiciones para producir y recibir más bienes. Pero esta situación no se produce de un día para otro; es es resultado de una actitud cultivada durante largo tiempo.


Los valores poderosos como la verdad y el amor, emiten vibraciones de alta frecuencia y de alta intensidad, capaces de vencer todos los obstáculos. Nada convence tanto como la verdad y nada es tan fuerte como el amor; sin embargo, con frecuencia tardan en imponerse.


El signo de las vibraciones depende de los valores y sentimientos que rigen la vida de las personas. Esta acción es invisible y por tanto, no puede ser juzgada ni sancionada por la sociedad; pero sí por la naturaleza. Nadie sabe cuándo, dónde ni cómo, pero podemos estar seguros de que la naturaleza hace justicia de acuerdo a la ley de correspondencia.


Si las personas supieran que las vibraciones se vuelven contra ellas mismas, evitarían los pensamientos, palabras, sentimientos e intenciones negativos. Toda vibración negativa comienza por herir a quien la produce; de modo que, necesitamos ser honestos y bondadosos, no sólo por razones morales, sino por sentido común.


Todo vibra en un proceso constante de transformación. Vibra el pensamiento, vibra la conciencia, vibra el sentimiento, vibra la mirada, vibra la voz y vibra el cuerpo. Todos están activos y se expresan a través de la vibración.


Los guitarristas hacen vibrar su instrumento, pero sólo los guitarristas consagrados logran que su guitarra ría, llore o hable a su voluntad.


Nuestra persona es sólo un instrumento que vibra; la calidad de la vibración depende del espíritu que la anima. Cuando existe fe, autoestima, capacidad y motivación, la vibración es poderosa. Esto explica el poder de los grandes líderes religiosos o políticos.


También existen líderes del mal que tienen un poder negativo muy elevado y logran atraer hacia su causa a millones de personas negativas que vibran en su misma onda.


El poder vibratorio de la palabra

El lenguaje es mucho más que un código; forma parte de la estructura mental de la persona y de la sociedad. Es el elemento esencial de la cultura, de la historia y de la evolución.

El lenguaje programa y condiciona la mente; por tanto, cuida tu lenguaje porque te modela día a día, de forma consciente e inconsciente.


Cuando hablas, lo primero que oyes es la vibración de tu voz. Si tu palabra es débil e insegura, te transmite el mensaje de que vales poco. Imagina el daño que te causas escuchando constantemente este mensaje. Por el contrario, si tu palabra es clara, consistente, fluida, vibrante y agradable, te transmite el mensaje de que eres un triunfador. Corno ves, tu voz puede ser tu peor enemigo o tu mejor aliado; dependiendo de sus vibraciones.


La palabra es la expresión de toda la persona. Cada quien produce las palabras de acuerdo a la clase de persona que es; por esta razón: Digas lo que digas, sólo dirás lo que eres.


A medida que ascendemos en la escala de la evolución las vibraciones son superiores. Las vibraciones de las personas dependen de su calidad humana.


La evolución de la especie humana depende básicamente de las personas más desarrolladas, quienes emiten vibraciones de alta potencia, capaces de despertar y de estimular la conciencia dormida de los pueblos. Un líder de verdad (Buda, Confucio, Cristo...) es capaz de cambiar la historia. Después de tantos siglos su mensaje sigue vivo.

Vivimos en una sociedad que emite vibraciones de temor, angustia, competencia, desconfianza y agresividad. Si dejamos entrar esas vibraciones nos iremos contaminando de las mismas enfermedades que aquejan a la sociedad. El antídoto son las vibraciones de signo opuesto; por tal razón, se impone la fidelidad a las leyes metafísicas del éxito que no son otras que las leyes del desarrollo humano.


Como hemos señalado, el desarrollo produce un aura alrededor de la persona que le protege contra las vibraciones negativas. Si funcionas en positivo, nadie podrá hacerte daño y los problemas que puedan causarte se convertirán en retos de los cuales saldrás fortalecido. Recuerda, lo más importante, como es tu dignidad, depende de ti y, por tanto, nadie puede robártela, pero puedes perderla por causa de ti mismo.


La ley de vibración tiene muchas aplicaciones. Si deseas que tus hijos tengan buenas amistades, sean estudios y responsables, ayúdales a evolucionar y a vibrar en positivo, después ellos sabrán elegir lo que sintoniza con su forma de vibrar.


Si quieres superar el miedo escénico. Si quieres hacer buenas amistades, etc. ponte a valer. Esta es la decisión más inteligente y más eficaz

 

Conclusiones:
Tu mente vibra y emite señales de acuerdo a tu estado de ánimo. A través de las vibraciones expresas lo que eres (tu autoestima, convicciones, capacidad y felicidad, o bien, tus complejos, temores y frustraciones) Como vivimos en una sociedad de competencia no podemos dar señales de debilidad, de aquí la importancia de trabajar constantemente en el desarrollo de una personalidad valiosa.

Tus ideas, sentimientos y lenguaje vibran, influyendo primero en ti y después en los demás.
También vibra la sociedad y su vibración es poderosa. Si vibra en positivo nos transmite fe y seguridad y nos estimula al conocimiento, al desarrollo y a la libertad, pero vivimos en una sociedad mediocre, desorientada y conflictiva que emite demasiadas vibraciones de angustia y agresividad.

Selecciona tus ideas sentimientos y lenguaje porque ellos te modelan día a día, de forma lenta pero profunda y pueden conducirte al éxito o bien al fracaso.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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