Editoriales

Editorial 119

 


Temor a decidir

 

1 Dónde nacen las decisiones
2 Cómo y cuándo decidir
3 Cómo aprender a decidir sin temor
4 Pasos a seguir para tomar decisiones que afecta a otras personas
5 lograr que la decisión sea aceptada

6 Errores que hacen dificil la toma de decisiones importantes
7 Procedimiento para la toma de decisiones personales

1 Dónde nacen las decisiones

 

La vida es acción. Los animales actúan guiados por el instinto, mientras que el ser humano, dotado del libre albedrío, debe decidir en cada circunstancia por su cuenta y riesgo.

La decisión humana debe ser el resultado de un proceso natural. Con frecuencia nos cuesta decidir, porque carecemos de motivación, de razones y de convencimiento. La decisión, más que un acto de voluntad es un producto de la mente. Las personas creen que toman decisiones por voluntad propia pero estudios recientes indican otra cosa. Parece que es el cerebro el que toma las decisiones de acuerdo a la información que maneja y un segundo después la persona toma conciencia de la decisión tomada por el cerebro. Lo importante es que el cerebro actúa de acuerdo a los contenidos mentales (intelectuales, afectivos morales y espirituales) que rigen la vida de la persona.


Aunque el cerebro es quien decide, lo hace de acuerdo a programaciones internas desarrolladas por la persona; de modo que, cada quien decide de acuerdo a la clase de persona que es.

Eixisten muchas técnicas para tomar decisiones, las cuales ayudan a canalizar la solución pero las decisiones importantes a nivel grupal o personal dependen más de la calidad y de la capacidad de las personas que de las técnicas.


Toda decisión supone un riesgo, pero en el riesgo está lo emocionante de la vida; siempre podemos apostar al éxito y aunque las cosas salgan mal, podemos sacar una lección para aceptar nuevos retos. En general, los fracasos ayudan a madurar más que los éxitos.
El valiente ama los retos, porque son una oportunidad para aprender, mientras que el cobarde los rehuye y cada día se hunde más en la frustración.


En la vida sólo hay un camino y éste es hacia delante.
Mucha gente vive a la defensiva, porque se siente insegura y amenazada. El temor es mal consejero, porque genera conductas irracionales, como son la inhibición y la agresividad. La inhibición paraliza la mente y el cuerpo, convirtiendo a las personas en cobardes y la agresividad impulsa a atacar en forma irracional. Ambas conductas son desadaptadas y generadoras de conflictos.


Cuando no existen proyectos ni convicciones, el cerebro se paraliza y con él, la voluntad y la decisión.


La decisión nace del cerebro. Si tienes un proyecto valioso y lo amas de verdad, entonces, tu cerebro te proporcionará las ideas y la fuerza para convertirlo en realidad.
Cada criatura, por pequeña y humilde que sea, tiene una función importante. En este mundo todo existe por una razón y todo lo que sucede es por una razón.

2. Cómo y cuándo decidir

Es necesario sopesar las probabilidades y medir los riesgos.
Somos parte de una sociedad, que nos obliga a decidir constantemente, pero las decisiones verdaderamente importantes son las relacionadas con el propio desarrollo. Estas decisiones íntimas y personales son las que deciden nuestra vida; por tanto, son estas decisiones a las que debemos prestar mayor atención.


Para ser dueños de estas decisiones, debemos estar claros y alcanzar cierto grado de autonomía interna; ( liberación de la ignorancia y de las pasiones) de lo contrario, los demás nos impondrán su ley y decidirán por nosotros.


Nadie puede decidir con libertad, si está condicionado internamente por la ignorancia, por el temor o por las pasiones. Este condicionamiento interno conduce al sometimiento externo. Si eres libre en tu mente y en tu corazón, nadie podrá someterte.


Como la ley de la vida es la competencia, debemos aceptar que la sociedad ejerce una represión constante con el fin de impedir el desarrollo de las personas; por esta razón, la sociedad carece de líderes.


Existen muchas formas de represión. En los países subdesarrollados, ejerce la represión por medio de la ignorancia y de la pobreza; mientras la gente sea ignorante y pobre, jamás tendrá conciencia de su valor y en consecuencia, no podrá reclamar sus derechos y libertades.


En las sociedades en vías de desarrollo, ejerce la represión por medio de la competencia. La gente, absorta en el trabajo y en la capacitación constante, no tiene tiempo ni energía para ocuparse de su propio desarrollo, por lo cual, tampoco podrá reclamar sus derechos y libertades.
Y en las clases desarrolladas ejerce la represión a través del consumismo; las personas, ocupadas y preocupadas en satisfacer tantas necesidades creadas, gastan en “cosas”, el tiempo, el dinero y la energía, que deberían invertir en desarrollo personal.


Por tanto, la clave del desarrollo, del éxito y de la libertad, está en ser dueño de las propias decisiones.


La mayoría de las personas están atrapadas en costumbres, hábitos, creencias, prejuicios, temores, deberes y culpas, que tienen que ver muy poco con la realidad.


La conciencia, la dignidad, la libertad y la decisión, son personales, indeclinables e intransferibles.

• La vida es una serie ininterrumpida de decisiones. Hoy somos el producto de las decisiones tomadas hasta ayer y mañana seremos el resultado de las decisiones que tomemos a partir de este momento.


• Cada persona es lo que decide ser.


• Cada uno es libre y responsable de su destino, sin importar las circunstancias en las que se encuentre.


• La mayoría de los problemas personales y sociales se deben a decisiones no tomadas más que a errores cometidos


• Cada decisión es una respuesta de toda la persona. Es el yo total quien ve, siente, piensa, vive y actúa. Por tanto, cada persona toma decisiones de acuerdo a la clase de persona que es.


• La palabra, las ideas, los proyectos, tienen el valor y el poder de la persona que los produce; por tanto, no se preocupe por las decisiones que debe tomar; trabaje en superarse como persona, aclare su mente, adquiera convicciones profundas y metas definidas y atractivas, porque cuando funcione a niveles superiores, tendrá la libertad, la inteligencia y la voluntad, para tomar decisiones valientes y eficaces.


• Las decisiones más difíciles son las que se relacionan con el propio desarrollo, debido a que suponen cambios profundos, a los cuales se resiste la naturaleza en forma perezosa.

3. Cómo aprender a decidir sin temor

Las decisiones importantes nacen de la seguridad y de la convicción. Si estás seguro y decidido, nadie podrá detenerte en el camino hacia el éxito, pero si dudas, entonces serás víctima de la crítica de los demás, los cuales se sentirán con derecho a juzgarte y a condenarte.


La gente no perdona al que triunfa ni al que fracasa.


Si eres decidido, la gente admirará tu valor y te respetará.


Toda decisión debe ser lógica, adaptada a la realidad y viable. Debe ser madurada y aplicarse en conciencia.


Evitar el “Yo gano, tu pierdes” porque este tipo de decisiones deja secuelas, como culpa, resentimiento, etc.

 

Toda decisión debe liberar y fortalecer la autoestima.

 

Es necesario capacitarse y organizarse para actuar con eficacia. La seguridad y el éxito son el mejor estímulo para la decisión.

 

Existen ciertos métodos y estrategias que ayudan a decidir.

1. Identificar el problema


• El problema debe expresarse con objetividad, de forma que no comunique juicio o culpa sobre ninguna persona.


• Definirlo en forma clara, precisa y completa.


• Es conveniente expresarlo en forma de mensaje “yo” o “nosotros”, con el fin de evitar susceptibilidades.


• Solicitar la colaboración de los interesados. Es indispensable que cada persona exprese con libertad sus ideas y sentimientos.


• Escuchar en forma activa.


• Entender que en toda relación humana hay que respetar ciertas reglas de juego.


• Antes de avanzar al punto 2, es necesario que todo haya quedado definido en forma clara y precisa.

 

2. Buscar soluciones y no excusas o culpables

• Todo problema tiene una solución y pide una solución eficaz.


• La solución depende de la creatividad y de la actitud positiva de las personas.


• Una buena decisión debe ser el resultado maduro de un proceso en el que se confrontan datos, opiniones y experiencias.


• Aunque la decisión debe ser el resultado de un proceso lógico, los factores psicológicos pesan mucho; por lo cual es necesario generar sentimientos positivos.


• Cuando la decisión es muy importante, es conveniente dejar un tiempo prudencial para madurarla personalmente y en grupo, con el fin de asimilar el cambio que supone la decisión


3. Seleccionar la mejor solución


• En este punto es necesaria una honestidad absoluta para decidirse por la solución más lógica, más justa y más eficaz. Resulta contraproducente recurrir al “Yo gano, tú pierdes”. Una decisión que no cuenta con el consenso general, deja abierta la puerta a futuros conflictos.


• La decisión es más difíciles cuanto más compromete la seguridad y los intereses de las personas; por tanto, debe estar fundamentada en argumentos sólidos.


• La decisión es más fácil cuando existe armonía y colaboración dentro del grupo. Cuando existe tensión resulta difícil tomar cualquier decisión, porque los sentimientos se imponen sobre la lógica.


4. Implantar la decisión tomada


• La decisión debe surgir como consecuencia natural de un proceso.


• Debe imponerse como una necesidad , como un exigencia de cambio impuesto por la realidad de las cosas y como un bien para el funcionamiento del grupo.


• Toda decisión de grupo exige sacrificar cientos derechos personales, pero los beneficios que aporta el grupo compensan con creces este sacrificio.


• Debe quedar en claro las responsabilidades que debe asumir cada persona.


5. Seguimiento y Evaluación


• Es necesario hacer un seguimiento para comprobar la funcionalidad de la decisión tomada.


• Como la vida es cambio, las decisiones no son perfectas ni definitivas, necesitan adecuarse a la realidad.


• Las decisiones tomadas se convierten en reglas de juego que hay que respeta; dichas reglas son el resultado de un consenso y por tanto nadie puede cambiarlas unilateralmente.


• Todas las personas no tienen la misma capacidad de asimilación, de adaptación, ni de respuesta; por tanto, es necesario ciento margen de comprensión y de generosidad.


• El ser humano se resiste a los cambios; por tanto, es conveniente evitar la prisa, el optimismo exagerado y el perfeccionismo.


• Si la decisión no surte el efecto esperado, se debe a que existe una falla en alguno de los niveles anteriores. (No se definió bien el problema, la soluciones aportadas fueron superficiales, faltó honestidad, no hubo suficiente consenso o no están dadas las condiciones psicológicas...) Por lo cual es necesario regresar al nivel que se considere conveniente para reconsiderar el problema. En todo esto, lo importante es el interés y la honestidad.


Conclusiones
Es fundamental


• Escuchar activamente.


• Hablar con claridad y franqueza.


• Respetar las ideas, sentimientos, necesidades intereses de las demás personas.


• Tener suficiente información sobre el asunto.


• Respetar los procedimientos a seguir en el logro de los objetivos.


• La decisión debe ser clara, firme y lógica.


• Las personas se resisten al cambio, utilizando múltiples mecanismos de defensa, uno de ellos es el de unirse para formar una fuerza de oposición. Para evitar esta situación es conveniente que las decisiones no sean percibidas como una amenaza a su seguridad, sino como una promesa de futuros beneficios.


• La resistencia puede ser activa (crítica, agresividad...) o pasiva ( lentitud, desinterés...)
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Cómo lograr que la decisión sea aceptada

• Todos deben tener la libertad de expresarse, de opinar, de criticar...


• La gente debe sentir que es parte importante de la decisión.


• Debe sentir que esa decisión le beneficia de alguna forma.


• Debe sentirse integrada en el grupo.

• Debe sentir que se respeta su espacio y que se confía en su capacidad y en su responsabilidad.


Errores que hacen que la decisión no sea aceptada

 

• La falta de claridad y precisión en la definición de los objetivos.

Casi todos los conflictos humanos provienen de una percepción errónea o parcial de la realidad.


• La falta de prioridades.

Cuando las personas descubren cuál es la verdadera causa del problema y las consecuencias del mismo, resulta más fácil encontrar la solución y tomar la decisión correcta.


• La falta de creatividad
En general las personas tienen una mente desordenada y están acostumbradas a vivir en forma superficial de modo que, carecen de capacidad de análisis y de creatividad para encontrar soluciones de fondo. Se limitan a soluciones de emergencia, que no resuelven nada.

 

• Aceptar soluciones de compromiso.
Las cosas caen por su propio peso. Lo que carece de cohesión terminará por desintegrarse. Por tanto; cualquier decisión que no tenga en cuenta la realidad, la lógica y el beneficio de la mayoría, está condenada al fracaso.


• Toda decisión debe ser lógica, adaptada y oportuna.

 

La vida es movimiento continuo y exige adaptación constante y respuestas nuevas. La mayoría de las personas se resisten al cambio y sabotean de mil maneras todo plan de renovación; por esta razón, antes de intentar cualquier cambio, es necesario preparar el ánimo de las personas, para que comprendan que es una oportunidad para su propio desarrollo.



Procedimiento para tomar decisiones personales

• Definir el problema con honestidad, claridad y precisión.


• Generar soluciones, analizarlas, madurarlas, ver los pros, los contra


• Elegir la mejor decisión y determinar las circunstancias de su aplicación


• Como ya señalamos la decisión debe ser lógica, adaptada y oportuna de modo que se logre el objetivo y no queden atrás dudas, temores ni culpas.


• Al decidir debe tomarse en cuenta el deber y el derecho que tiene todo ser humano a crecer.


Decidir es un problema. Decidir es un riesgo. Decidir es un privilegio. Decidir es fruto de la libertad y condición para seguir siendo libres.




Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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