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Editorial 96


Ateísmo - 1


El objeto de este tema no es convencer a nadie de nada, pues, cada quién tiene que convencerse a sí mismo. Se trata de exponer unas ideas sobre un tema cuya influencia en la vida de las personas va más allá de lo que creemos.

 

Existen varias formas de ateísmo:


Ateísmo sistemático.

La forma de ateísmo más grave es el llamado "ateísmo sistemático".
La rebelión contra Dios ha adquirido en nuestra época un carácter sistemático, organizado, militante y se manifiesta bajo tres modalidades:

Ateísmo científico
"Muchos, traspasando indebidamente los límites de las ciencias positivas, pretenden explicarlo todo por la sola razón científica" "Los modernistas dan por cosa averiguada y firme que la ciencia debe ser atea, y lo mismo la historia"

 

Ateísmo moral
El ateísmo moral fomenta un libertinaje moral porque afirma una autonomía absoluta del hombre y un desarraigo total de Dios. Las doctrinas existencialistas defienden el ateísmo moral. Al no existir Dios, no hay que dar cuenta a nadie y cada uno es libre de hacer lo que quiere sin culpa y sin remordimiento.
Si la creencia en Dios no tuviera implicaciones morales, todos serían creyentes; pero las cosas cambian cuando la gente comprende que la fe en Dios conlleva el compromiso de cumplir los mandamientos.

Ateísmo marxista
Es el ateísmo más agresivo y peligroso. Afirma que la religión se opone a la liberación del hombre, porque, al orientar el espíritu humano hacia la esperanza en una vida futura e ilusoria, lo aparta de la edificación de la ciudad terrestre. De ahí que los marxistas, cuando llegan al poder, combaten violentamente la religión, difundiendo el ateísmo y empleando todos los medios de presión que tienen a su alcance, principalmente a través de la educación de la juventud”


Muchos pensadores creen que la religión es una invención psicológica que nace de la necesidad de aliviar los miedos existenciales y encontrar seguridad en medio de un mundo confuso y peligroso; pero según las nuevas investigaciones, la religión y la fe no serían una invención sino una necesidad genética. "El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre”


Para Marx, la religión es el “opio del pueblo”. La religión es la forma primera y primordial de alienación. El hombre primitivo, ante su impotencia para controlar las fuerzas naturales, inventó dioses a quienes podía recurrir cuando necesitaba ayuda. Luego inventó ritos, sacrificios y ofrendas con el fin de controlar la ira de los dioses y merecer su protección, dando así origen a la religión.


En el fondo, el ateísmo es una rebelión contra la autoridad y contra la ley. Surge del deseo de liberarse de temores, de culpas y dependencias.


El hombre tiene miedo a Dios, a quien percibe como un peligro; tiene miedo al misterio y al más allá, y la forma de evitarlo es negarlo. “Si Dios no existe, entonces yo soy dios, mi voluntad es libre y puedo hacer lo que quiero” Dostoievski pone estas palabras en boca de Kirilo, héroe de los endemoniados.


Las personas tienden a descalificar o negar todo lo que les molesta. Al negar a Dios, sienten que se liberan de su autoridad y de la moral y así pueden actuar a sus anchas, sin temor, sin culpa y sin remordimiento; pero ocurre que, todo ser humano tiene una conciencia que le ha dado la naturaleza para que le sirva de guía. La conciencia es una voz interna que advierte, juzga y premia con la paz cuando la persona es fiel a las leyes de evolución y castiga con el remordimiento, el fracaso y la frustración cuando la persona se traiciona a sí misma.

 

Últimas investigaciones sobre la creencia en Dios
Según recientes investigaciones, la a fe no serían una invención sino una necesidad genética. Eugene d'Aquili y Andrew Newberg, científicos de la Universidad de Pennsylvania, han hecho públicas sus investigaciones sobre las repercusiones de la meditación en el cerebro humano.


Según los investigadores de la Universidad de Pennsylvania, Andrew Newberg y Eugene D'Aquilli, las creencias religiosas han surgido en la especie humana porque el cerebro está biológicamente preparado para mantener algún tipo de relación con lo que pueda haber más allá del universo físico.
Andrew Newberg y Eugene D'Aquilli descubrieron que el estado de meditación o de relajación mental desactiva zonas del cerebro que regulan la personalidad, permitiendo que las personas se sientan identificadas con una realidad trascendente.


Este descubrimiento coincide con otros relatos de experiencias místicas o de trance y para los investigadores constituye la evidencia de que el cerebro tiene la capacidad de conectar con una realidad oculta más allá del universo físico.


Ello ha dado origen a una nueva disciplina, la neuroteología, según la cual, Dios ha dejado huellas de su presencia en el cerebro para que los seres humanos puedan llegar a conocerle y sientan el impulso de llegar hasta él.
Para verificar esta teoría, la investigación se centró en voluntarios especializados en la búsqueda espiritual procedentes de diferentes confesiones religiosas, como monjes tibetanos y monjas franciscanas.


Estos voluntarios accedieron a realizar sus prácticas de oración y meditación bajo observación neurológica, que se realizaba mediante una especie de radiografía cerebral llamada Spect, un escáner que mide el flujo sanguíneo relacionado con la actividad cerebral.


Según esta experiencia: El impulso religioso arraiga en la biología del cerebro. Dicho de otro modo, Dios está utilizando terminología electrónica "cableado" en el cerebro de la persona humana. El cerebro humano está, pues, según ellos, genéticamente estructurado, de tal manera que estimula la fe religiosa.


Parece que la creencia religiosa ha sido prevista por la evolución con una doble función: para ayudar a los seres humanos a superar las dificultades de la vida y para contribuir a la supervivencia, lo que explica por sí mismo su implantación en la neurogénesis.


Las investigaciones se iniciaron en torno a 1970. Se ha ido comprobando que la meditación y la plegaria provocan variaciones importantes de tipo fisiológicos, como las ondas cerebrales, que provocan el sentido de unidad con el cosmos que experimenta el monje, o de proximidad a Dios que siente la monja franciscana.


El psicólogo Piñuel, psicólogo del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo, habla de la espiritualidad como algo propio del ser humano, pero que, debido a los problemas que avasallan la mente de la persona, no siempre funciona. Piñuel señala que "muchos pacientes, tras acabar el tratamiento psicológico, se encuentran con su parte espiritual". Al resolver sus conflictos emocionales "se desbloquea la parte espiritual, intrínseca al ser humano. Es posible que el ateísmo obedezca más a cuestiones emocionales que a razones de fe.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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