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Editorial 57

 

 

Bases de la Moral


Existen muchas opiniones sobre las bases del origen de la moral.


Podemos comenzar por reconocer que todo en la vida se rige por leyes naturales. La finalidad de las leyes es seguir el plan de la naturaleza (supervivencia y desarrollo) lo cual sólo es posible si cada ser cumple con el proceso propio de su naturaleza.


El ser humano también está sujeto, desde el punto de vista biológico, a las leyes naturales, pero es un ser evolucionado que ha logrado cierta libertad, lo cual le permite sustraerse, en parte, del determinismo de la naturaleza. Los animales no tienen problemas morales porque carecen de conciencia y de libertad, su vida está regida por el instinto; pero el ser humano posee el libre albedrío y, como dice Ortega y Gasset: "Está condenado a ser libre y responsable" Está obligado a decidir constantemente haciendo uso del libre albedrío. El decidir es un privilegio pero también un riesgo, porque una mala elección genera consecuencias negativas.


Hoy estamos en el siglo XXI. Somos la avanzada de una evolución biológica que se inició hace millones de años. Tenemos una cultura (principios, valores, costumbres, lenguaje, discernimiento...) Cada persona es un mundo. Existen numerosas filosofías, ideologías y creencias que van desde el materialismo hasta el espiritualismo. ¿Quien tiene la razón? Cada uno se aferra a sus creencias y a sus teorías.


En qué condiciones inventó el hombre esos juicios de valor moral que son las palabras bueno y malo? ¿Qué valor tienen estos conceptos? ¿Han frenado o han estimulado hasta ahora el desarrollo? ¿Han favorecido la convivencia o han sido causa de conflictos? ¿Es necesaria la moral para el desarrollo personal o para vivir en paz, o bien, se puede vivir sin moral?


Vamos a viajar un poco a través la evolución para analizar los posibles orígenes de la moral.


Según De Waal, biólogo evolucionista, dedicado al estudio de los primates, los chimpancés tienen mecanismos para poner fin a las hostilidades internas. Todas las especies de primates y monos tienen sus propios protocolos de reconciliación después de las peleas. Si dos individuos no logran reconciliarse, a menudo la hembra chimpancé reunirá a los rivales, como si comprendiera que la discordia estorba a la comunidad y la hace más vulnerable a los ataques de los vecinos.


Estas acciones son emprendidas en función del bien superior de la comunidad y son un precursor significativo de la moral en las sociedades humanas.


Los macacos y chimpancés y muchas especies más, tienen reglas de conductas deseadas, la mayoría de ellas relacionadas con la naturaleza jerárquica de sus sociedades, en las que cada miembro conoce su sitio. Los jóvenes macacos aprenden rápidamente cómo comportarse, y de vez en cuando son mordidos, en un pie o mano, como castigo.


Otros primates también tienen una idea de reciprocidad y honestidad. Recuerdan quién les hizo favores y quién actuó mal con ellos. Los monos capuchinos muestran descontento si reciben una recompensa menor que un colega por realizar la misma tarea.


Las siguientes conductas, tales como (empatía, capacidad de aprendizaje, obediencia a reglas sociales, reciprocidad y reconciliación son la base de la sociabilidad.


De Waal, cree que la moral humana surgió de la sociabilidad primate, pero con dos niveles de sofisticación extra. La gente implementa los códigos morales de sus sociedades de manera mucho más rigurosa con recompensas y castigos. También aplican un cierto grado de juicio y razón, que no tienen paralelo en los animales.


En opinión de De Waal. La religión se puede ver como otro ingrediente especial de las sociedades humanas, aunque emergió miles de años después de la moral.


Existen claros antecedentes de moral en los primates, pero no hay indicios de religión. Así que parece razonable asumir que a medida que los humanos evolucionaron alejándose de los chimpancés, la moral emergió primero, seguida por la religión.


"Creo que la religión es un agregado reciente". "Su función puede tener que ver con la vida social, lo mismo que la implementación de las reglas ".

 

Según lo ve De Waal, la moral humana puede estar severamente limitada por el hecho de que se desarrolló, no como resultado de una evolución interna, sino como una necesidad de unirse para luchar contra los adversarios. En este sentido, la moral surgió de la necesidad de unirse para la guerra con el fin de atacar o defenderse de los enemigos.

Según las circunstancias, cada grupo elaboró una moral con características propias, pero dado que la naturaleza humana posee características similares, las distintas normas morales también eran similares entre los distintos grupos humanos.


"Es profundamente irónico pensar que nuestro logro más noble, como es la moral pueda tener como origen la necesidad de unirse para la guerra"


Muchos filósofos morales están interesados en las investigaciones de De Waal y de otros biólogos.
El doctor Philip Kitcher, profesor de filosofía en la Universidad de Columbia, aprueba el enfoque de De Waal. "No tengo ninguna duda de que hay patrones de conducta que compartimos con nuestros parientes primates que son relevantes en nuestras decisiones éticas"


Muchos filósofos creen que el raciocinio consciente juega un importante papel a la hora de controlar la conducta ética humana y por eso no se muestran dispuestos a admitir que todo provenga de las emociones, como la simpatía, lo cual es evidente en los chimpancés.


El elemento de moral imparcial proviene de la capacidad de razonar, escribe Peter Singer, un filósofo moral de Princeton.


Según De Waal la conducta humana se deriva sobretodo de juicios emocionales, rápidos y automáticos, y sólo secundariamente de procesos conscientes más lentos" Por más que celebremos la racionalidad de nuestra conducta, nuestra brújula son nuestras emociones.


Los filósofos tienen otra razón por la que creen que los biólogos no pueden llegar al corazón de la moral, y es que los análisis biológicos no pueden cubrir la brecha que hay entre el ‘ser' y el ‘deber ser', entre la descripción de una conducta y el problema de, si esa conducta es moralmente mala o buena.


Jesse Prinz, profesor de filosofía de la Universidad de Carolina del Norte, cree que la moral se desarrolló después de que terminó la evolución humana y que los sentimientos morales son configurados por la cultura, no por la genética.


"Uno de los principios que deben guiar una moral verdadera debe ser el reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos, y eso parece no tener precedente en el mundo animal".
Para De Waal, "La moral es un sentido del bien y del mal que nace de valores compartidos por el grupo, los cuales son utilizados para el manejo de conflictos"


La base de la moral es la capacidad mental y social para construir sociedades en las que los valores compartidos canalicen la conducta individual mediante un sistema de aprobación o rechazo"

En su opinión los chimpancés poseen algunas de las capacidades de conducta incorporadas en nuestros sistemas morales.

 

La moral está firmemente anclada en la neurobiología

"La moral está firmemente anclada en la neurobiología, como todo lo demás que hacemos o somos"

En opinión de De Waal. La selección natural ha creado en las personas "una brújula para hacer opciones vitales que tomen en cuenta los intereses de toda la comunidad, que es la esencia de la moral humana".
Antes de que existieran las religiones, los seres humanos tenían normas morales para regular sus relaciones, saber a qué atenerse en cada caso y convivir en paz.
Así como ha evolucionado la inteligencia y la conciencia, así también ha evolucionado la moral. Con el tiempo ciertas normas van perdiendo vigencia y surgen otras que son necesarias para manejar problemas nuevos.
Por tanto, el origen de la moral es la misma naturaleza humana. La naturaleza impone ciertas obligaciones que es necesario cumplir para el desarrollo personal, para la convivencia socia y para la supervivencia de la especie. El quebrantamiento de estas normas genera problemas personales y sociales. La moral abarca todos los comportamientos humanos, los cuales deben ser honestos, lógicos, efectivos y adaptados a la realidad.


La moral es dinámica, evoluciona a medida que evolucionan las personas y a medida que evoluciona la sociedad. Las leyes físicas naturales no evolucionan, lo que sí evoluciona son los seres vivos y las leyes morales.


Las leyes morales del hombre prehistórico eran muy simples y casi estáticas porque su vida era muy simple y discurría muy lenta. Las relaciones interpersonales eran simples y los patrones de conducta moral se trasmitían de generación en generación casi de forma inalterable. Pero los tiempos han cambiado. La humanidad ha construido un sistema cultural muy rico, pero también muy complejo y dinámico. Las leyes morales no cambian en su esencia. La honestidad será siempre honestidad y la verdadera amistad será siempre verdadera amistad, pero en cada época se relegan ciertas leyes morales y se imponen otras con más intensidad. La finalidad es estimular las conductas que son necesarias para el desarrollo y controlar las conductas que son más perniciosas.


Hoy se imponen con más fuerza que en otras épocas, las leyes morales de justicia y respeto a los derechos humanos "Toda persona tiene todos los derechos y libertades sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole". La razón es que la humanidad ha crecido, la globalización es un hecho irreversible y necesitamos entendernos para convivir, sobrevivir y progresar.

La "Declaración de los Derechos Universales del Hombre" y el reconocimiento de los mismos por todos los pueblos del mundo, supone un hito de valor incalculable para la creación de una conciencia universal que permita el entendimiento, la colaboración, el progreso y la paz. Cada artículo de los "Derechos Universales del Hombre" es una ley moral que la humanidad se ha dictado a sí misma para garantizar su destino a futuro.

Sin embargo, no todos acatan las leyes morales. Hay muchas personas con poder, pero poco evolucionadas desde el punto de vista humano, que no han desarrollado conciencia ni sensibilidad moral, las cuales no tienen escrúpulos en poner en peligro a la humanidad con tal de enriquecerse. Por esta razón, la sociedad debe estar alerta y unida para defender sus derechos contra el mayor depredador de la historia: el hombre.


Los mandamientos y normas morales predicados por la Iglesia no añaden ninguna exigencia moral, es simplemente una declaración o recordatorio de principios morales naturales impuestos por la naturaleza. Es posible que la Iglesia ponga el acento en alguna norma moral especial porque tiene su criterio propio, pero lo fundamental de la moral es un imperativo de la naturaleza humana.

 

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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