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Editorial 49


Comprensión, tolerancia y perdón


Vivimos en una sociedad formada por un mosaico de personas, razas, costumbres, creencias... Cada cual cree tener la razón y trata de imponer su estilo de vida.


La gente está saturada de angustia y prejuicios; en consecuencia, vive a la defensiva y reacciona en contra de todo lo que no coincide con su esquema mental, porque lo percibe como una amenaza.


La comprensión , la tolerancia y el perdón son conductas indispensables para convivir en paz en una sociedad que tiende a la globalización total, en la que todos estamos obligados a convivir en un mismo espacio.


Comprensión

 

Es necesario aceptar que cada persona es un mundo. Desde niños somos programados con principios y valores que constituyen la estructura de la personalidad, de la idiosincrasia, de la identidad. Estas estructuras se consolidan con los años, por lo cual las personas no pueden cambiar del día a la noche su forma de ser, de pensar y de actuar. Además ¿Cuál sería el modelo único a seguir?

La comprensión es el principio del entendimiento. Significa que entendemos y aceptamos que “los otros” tienen razones para pensar como piensan y actuar como actúan; aunque no compartamos su forma de pensar y de actuar. Así como "los otros" también deben entender nuestra forma de pensar y de actuar. La comprensión debe ser mutua.


Tolerancia

 

La tolerancia supone un grado mayor de madurez. Exige respetar y compartir espacios comunes. Significa ceder ciertos derechos con el fin de salvar otros derechos más importantes.


Según ciertas teorías el miedo y la ignorancia son las raíces que causan la intolerancia y sus patrones pueden imprimirse en la psique humana desde muy temprana edad. La tolerancia está asociada al desarrollo del "Adulto" (razonamiento, experiencia y madurez), mientras que la intolerancia depende del "Padre" crítico y prejuiciado. La tolerancia y la intolerancia son actitudes que se aprenden básicamente en la infancia. Después, la persona tiende a ser automáticamente tolerante o intolerante. La intolerancia puede superarse cuando la persona entiende lo ilógico e injusto de su actitud.


La crisis de valores que afecta a la sociedad es la consecuencia del fracaso de la familia y de la escuela, pues, es ahí donde se programa a las personas para la convivencia.

 

Qué debemos tolerar y hasta dónde debemos tolerar.


Las personas merecen respeto , por tanto, no debemos combatir contra ellas, pero sí debemos denunciar y combatir sin tregua: la mentira, la injusticia y todas las lacras que dañan a la sociedad. Las conductas incorrectas no se eliminan con represión. Nacen de la mente, por lo cual, necesitamos producir cambios mentales en las personas que las produden, para ello, necesitamos encontrar la forma de implantar en la mente de las personas valores superiores. Pero nadie puede transmitir valores a los demás si antes no se ha ganado la confianza y el respeto y logra convencerles de que los valores superiores son un bien para su desarrollo, para su éxito y para su felicidad. Las personas sólo cambian cuando se dan cuenta de que el cambio les beneficia.


Hoy se habla mucho de tolerancia y en nombre de la tolerancia se permiten conductas que van contra la seguridad y la paz social.


Muchos gobiernos, instituciones, autoridades y familias, están claudicando y perdiendo autoridad. No son capaces de exigir la disciplina y responsabilidad necesarias para conservar el equilibrio, la armonía y el desarrollo personal y social; en consecuencia, se está imponiendo una anarquía en muchos aspectos, cuyas consecuencias nadie puede predecir. El efecto mariposa puede convertirse en realidad.


La humanidad ha luchado durante miles de años por ser "libre" y lograr una calidad de vida aceptable y en convivencia. Por lo cual, no es justo que unos cuantos locos (terroristas, dictadores, fanáticos, delincuentes, corruptos, mafiosos...) creen sus imperios al margen de la ley y se conviertan en problemas para la sociedad. Muchas de estas cosas existen debido a la comodidad y complicidad de los ciudadanos. La gente dice: "Ese no es mi problema" Así han dicho muchas personas, hasta que llega el día que les afecta gravemente.


Ni tú ni yo somos policías para perseguir a los ladrones pero sí podemos ser abanderados de la libertad, de la justicia y del respeto a la gente y a la ley. Y, por efecto mariposa, nuestro pequeño aporte puede llegar a ser gigante. Es suficiente un fósforo para incendiar un bosque.

 

El perdón


El perdón es una cualidad que poseen únicamente ciertas personas superadas. Significa que cuando alguien viola mis derechos, soy capaz de comprender que es una persona equivocada, que es víctima de sus temores, de sus prejuicios y de su frustración y por tanto, la perdono. La gente respeta y admira a quienes son capaces de perdonar.


Hay que comenzar por perdonarse a sí mismo; por ser humilde y aceptar que somos débiles y que cometemos muchos errores.


A medida que pasan los años se ven las cosas desde otra perspectiva y, liberados de la ira del momento, resulta más fácil comprender y perdonar.


La ira y el perdón se aprenden. La diferencia radica en que en la ira, la persona se deja llevar por un impulso irracional, mientras que, en el perdón, la persona controla la ira y en su lugar produce un sentimiento de perdón.


Un método que puede ayudarnos a comprender y perdonar, consiste en pensar lo mal que se sentirán las personas que nos hacen daño; pues, sólo una persona con serios problemas personales puede actuar de esta forma.


Todos necesitamos ser comprendidos, tolerados y perdonados muchas veces. “El que esté sin pecado que arroje la primera piedra”

 

Vivimos en una sociedad de competencia despiadada y el instinto nos lleva a reaccionar de forma agresiva. El “Ojo por ojo y diente por diente” es una conducta alienante, pues nos obliga a vivir constantemente en actitud de ataque – defensa y, si alguien no detiene esta guerra, al final, todos terminaremos, como mínimo, ciegos y desdentados.


Si tenemos en cuenta que la gente gasta el 70% de su energía física y mental en defenderse de sus propios temores, complejos, culpas y frustraciones. ¿Qué energía le puede quedar para avanzar en el proyecto de su propio desarrollo?


Los seres humanos tendemos a ser justicieros. Ignoramos que la comprensión, la tolerancia y el perdón son valores superiores a la justicia. La justicia es sólo una ley natural, mientras que, el perdón es una ley superior.


Tenemos que aceptar que, el otro, es una persona de carne y hueso, el cual, por circunstancias de la vida es distinto a nosotros y ponernos en sus zapatos para poder comprenderle.


Nos han enseñado a pensar que quienes no son como nosotros están equivocados (?). Es un error. Todos tenemos un poco de la verdad y es esa verdad la que podemos compartir.


El hecho de perdonar indica que eres capaz de dominar los instintos primitivos, como son: La ira, el odio, la venganza y el resentimiento, pero, aún queda un buen trecho por andar. Es necesario llegar un poco más lejos y ser capaz de amar. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.


Según la Ley de Correspondencia, cada uno recibe lo que da; de modo que: “No juzgues y no serás juzgado. No condenes y no serás condenado. Perdona y serás perdonado” Ama y serás amado.
¿Cuántas veces debo perdonar?

“Setenta veces siete” es decir, siempre.


Cuando alguien nos hiera o traicione, podemos pensar en lo mal que se sentirá, porque al traicionarnos, se traiciona a sí mismo.


Nos sentimos amenazados por los demás por la simple razón de que son distintos. En este caso, el problema no son ellos; el problema es nuestra estrechez mental.


El hecho de comprender, tolerar y perdonar, no significa ser complaciente con la mentira y con el mal. La mentira y la injusticia son males y, por tanto, deben ser combatidos; pero las personas que actúan en su nombre, están equivocadas y merecen el perdón.


En conclusión: Necesitamos comprender que cada persona es un mundo, con un esquema mental propio y con una forma particular de reaccionar; por lo cual, no intentes cambiar su rumbo, sólo ofrécele tu ejemplo, tu respeto y tu perdón.


El perdón es una decisión y también es un proceso.


Dicen que el perdón es propio de Dios y de los santos, en realidad es sólo una conducta de personas inteligentes.


Necesitamos perdonar y amar para conservar el equilibrio mental y para sobrevivir.


"Sé como el árbol de sándalo que perfuma el hacha que lo corta" Rabindranath Tagore



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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