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Editorial 40


Ser y hacer



Es ser humano es dual; está formado por cuerpo y espíritu. Esta dicotomía llevada a su extremo conduce, por un lado, al materialismo y por otro lado al espiritualismo. A lo largo de la historia ha habido épocas en las que ha predominado el espiritualismo y otras en las que se ha impuesto el materialismo. Lo ideal es el equilibrio.


La edad contemporánea se caracteriza por el desarrollo de la ciencia, por el dominio de la materia y por la producción de riqueza.


El hombre sabio, honesto y educado ha sido desplazado por el hombre pragmático; abocado en forma obsesiva al logro de riqueza, fama y poder.


Según el diccionario, la palabra dicotomía significa, entre otras cosas, la división de un concepto en dos. En este caso, el concepto hombre se puede dividir en cuerpo y espíritu; mas, ninguno de ellos puede ser por separado; ambos se necesitan mutuamente.

Esta realidad, traducida a la vida, nos enseña que, el ser y el hacer deben integrarse. Como ya hemos señalado, vivimos en una sociedad abocada al trabajo, unos por necesidad y otros por ambición. El problema radica en que, la necesidad y la ambición se han apoderado del cerebro humano y no quedan en él espacio ni tiempo para el desarrollo del ser.


Cada día son más las personas que tienen acceso al conocimiento técnico y científico; este conocimiento es necesario pero, también es necesario el conocimiento de los valores del ser, para que la vida tenga un sentido humano y trascendente, más allá de la simple economía.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que, el objeto de la vida es el desarrollo y la felicidad

¿Qué estamos haciendo?

¿Hacia dónde conduce el camino actual?
¿Cuál es la alternativa correcta ?

 

Los criterios de valoración de la sociedad actual se basan en el hacer, en la producción, en la eficacia. Los valores internos, como la honestidad y la bondad, no son reconocidos en el mercado de valores.

Sin embargo, aplicando la Ley de Causa - Efecto , podríamos concluir que, el hacer deriva del ser ; así como la idea proviene del cerebro y la calidad de la fruta es resultado de la calidad del árbol; en consecuencia, el nivel de desarrollo del ser determina la calidad de la producción; sin embargo, la mayoría de las personas se preocupan más por la apariencia y por el logro de cosas que por el propio desarrollo. Esta es una mala inversión pues, todos los logros materiales no pueden llenar el vacío interno, el cual sólo se llena con desarrollo. Desarrollo ¿De qué ?

La sociedad actual ha hecho muchas cosas maravillosas e impresionantes, desde el punto de vista material pero, ¿Qué ha hecho desde el punto de vista humano? ¿Qué pasa con la ignorancia, la pobreza, las guerras, etc.?


El mundo necesita de todo el progreso posible. Necesita médicos, ingenieros, abogados...pero, sobre todo, necesita personas. Personas comprometidas con el desarrollo de su ser y con el cumplimiento de su misión.


Es lamentable que las escuelas y las universidades sean tan celosas en todo lo que se refiere al pensum académico, con el fin de obtener grandes profesionales y no tengan el mismo interés por desarrollar seres humanos.


Para Shakespeare el gran dilema de la vida es "To be or not to be" Ser o no ser. Ese es mi dilema, tú dilema y el dilema de la humanidad.


Pero ¿Que significa el ser ? Cada persona tiene una idea del ser de acuerdo a su filosofía de la vida; sin embargo, existen parámetros superiores, encarnados en personas que han alcanzado alto grado de desarrollo, los cuales son reconocidos a nivel universal, como paradigmas a imitar.
¿Qué quieres llegar a ser?

A la sociedad no le interesa lo que tú deseas ser. Es más; tratará de reprimirte de muchas formas para que no llegues a ser brillante, porque entonces, te convertirías en un testimonio crítico de su mediocridad; por lo cual, debes determinar cuáles son los valores fundamentales del ser desarrollado para hacerlos tuyos y luchar por ellos, sabiendo que esta lucha es tuya y en ella estás solo.


La humanidad evoluciona, en forma irreversible, hacia un ser superior; en parte, por el esfuerzo de tanta gente buena que existe pero, sobre todo, gracias a las leyes genéticas que rigen la evolución de la especie humana.


El cuerpo y el espíritu no son dicotómicos; están integrados en una sola realidad. De forma semejante el ser y el hacer no se oponen, es más, se exigen mutuamente. El ser se hace a través del hacer y el hacer tiene más valor en la medida en que es la expresión de un ser desarrollado.


Las personas pueden alcanzar muchas cosas, mucha riqueza; todo eso es bueno y necesario, pero, las personas que han alcanzado alto grado de desarrollo, nos dicen que no hay nada que se pueda comparar con el desarrollo del ser. El desarrollo del ser proporciona una conciencia superior, identidad, autoestima y plenitud.


En conclusión: Es importante todo lo que haces por el desarrollo de la sociedad, pero es más importante lo que haces por tu propio desarrollo.


No es haciendo muchas cosas como cambiarás el mundo; es cambiándote a ti, como lograrás cambiar a quienes te rodean.

Los seres humanos invertimos mucho tiempo en actividades relacionadas con el progreso pero poco tiempo en desarrollo personal. Al final queda un sabor a fracaso y frustración. Es el reclamo de la naturaleza herida que pide rectificación.


Piensa que estás al final de tu vida. ¿Cómo desearías haber sido? ¿Qué desearías haber hecho? ¿Cómo te gustaría haber sido con la gente? ¿De qué te lamentarías?


No lo dejes para mañana porque mañana tal vez sea tarde.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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