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Editorial 38


Dignidad


La palabra "dignidad" significa excelencia, "digno". Es digno porque tiene un gran valor. Por tanto, debe ser tratado con respeto. Todos los seres humanos tienen dignidad por el hecho de ser personas. Pero esta dignidad natural necesita ser desarrollada a través de la educación, de la inteligencia y de la conciencia.

La dignidad es activa y exige que las personas trabajen en su propio desarrollo y en el desarrollo de los demás.


La dignidad es un concepto muy relacionado con la autoestima. Constituye la conciencia moral de sí mismo. La dignidad es tan íntima y tan propia que nadie puede robarla. Es el patrimonio más verdadero y valioso. Es el patrimonio del alma.


Si logras conservar y desarrollar tu dignidad, serás poderoso e invulnerable, pero si la pierdes, habrás perdido lo mejor de ti; es más, te habrás perdido a ti mismo. A partir de ahí, serás débil, vulnerable, corruptible e infeliz.


Quienes no han tenido conciencia de dignidad, no la valoran ni la desean, pero quienes la pierden por cobardía o por ambición, la lloran por el resto de su vida.


Muchos “matan” la conciencia y la dignidad para “vivir a sus anchas”. Esta es, sin duda, la mayor alienación y el mayor crimen que comente el hombre contra sí mismo. Como es lógico, no puede quedar impune. La vida, que hace justicia, se lo cobrará de alguna forma, aunque la persona no se entere de cuándo, dónde, ni cómo.


La dignidad está más allá de la justicia y de la crítica de los hombres. Los hombres pueden juzgar nuestra conducta pero jamás nuestra dignidad.


Mientras mantengas en alto tu dignidad, podrás mirarte al espejo sin avergonzarte de ti mismo y podrás ir por la vida con la frente en alto aunque el mundo esté en contra contra de ti.

Si logras despertar en las personas el sentimiento de la propia dignidad, habrás salvado su vida y también su alma.
Si no tienes dignidad no eres nadie y en el fondo tú lo sabes.

 

Tú eres la avanzada de miles de antepasados que te han precedido; ellos son tus ancestros que vivieron y lucharon para que hoy existieras tú. Ellos son el soporte invisible de tu vida y esperan que des la talla, que mantengas en alto la bandera de la dignidad.


La dignidad hace referencia a la identidad del ser, por oposición a la alienación. La dignidad como otros muchos valores son eternos y actuales; jamás pasan de moda, aunque muchas personas desearían encerrarlos en el baúl de los recuerdos.

En la película “El Rey León” ocurre que el hermano del Rey León, llevado por la ambición causa la muerte de su hermano y le hace creer a su sobrino Simba, hijo del Rey León, que su padre ha muerto por su culpa. Le aconseja huir del reino y no regresar jamás. Simba, sintiéndose culpable e indigno, huye. Pasan los años y el cachorro Simba se convierte en león.
Un día le llega la noticia de que el reino está en peligro y necesitan de su ayuda, pero es tan grande el peso de su culpa y de su indignidad que Simba se niega a regresar. Una noche, mientras contemplaba las estrellas, recordó las palabras que su padre le dijo cuando era cachorro: “Hijo, las estrellas son el alma de los reyes que han muerto. Cuando yo muera me convertiré en una estrella y brillaré en lo alto del cielo. Cuando necesites ayuda llámame. Recuerda Simba: “Tú eres el hijo del Rey ”
El recuerdo de estas palabras le devolvió a Simba la dignidad y con la dignidad recuperó la fortaleza, el valor y la decisión. Cuando regresó, todos los animales estaban en guerra y el caos reinaba por doquier; pero al final se impuso el valor de Simba y el reino volvió a florecer.

 

Tú eres la avanzada, la punta de lanza de tu árbol genealógico; miles de generaciones de tus antepasados, desde la prehistoria hasta hoy, lucharon por sobrevivir y por eternizarse en el tiempo a través de sus descendientes. Ellos son el soporte invisible de tu vida, llevas sus genes, su sangre, su espíritu. Tus ancestros te observan y esperan que mantengas en alto la dignidad para que puedas transmitirla a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

La autoestima y la dignidad son la estructura de la persona; sin ellas, todo se viene abajo.

Recuerda, nadie puede robarte tu dignidad, pero puedes perderla por causa de ti mismo.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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