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Editorial 37


Responsabilidad


Responsabilidad significa, asumir el propio desarrollo, luchar cada día contra la ignorancia y el egoísmo; disciplinar el cuerpo y la mente; analizar en forma crítica las actitudes y comportamientos y tener el valor de rectificar.
La falta de responsabilidad hace imposible cualquier proyecto, en especial el proyecto del propio desarrollo.


La responsabilidad exige mucho; sin embargo, puede transformarse en una conducta habitual, tan gratificante, que puede convertirse en placer todo esfuerzo y toda privación que haya que realizar para lograr los objetivos; pero, cuando no existe un proyecto o una ilusión, cualquier responsabilidad resulta insoportable.


La responsabilidad es un hábito. Este hábito se adquiere desde niño. Está hecho de disciplina, constancia y motivación. Las personas que no adquieren disciplina mental desde niños, después sienten la responsabilidad como un yugo insoportable.


Las personas prefieren la seguridad al riesgo; pero la ley de vida es la competencia. La competencia más importante es contra los propios defectos: sólo después, tendremos la libertad para aceptar responsabilidades superiores.


La responsabilidad es un concepto muy amplio que encierra todas las responsabilidades que tiene el ser humano, como son: el cuidado de la salud, de la inteligencia, de la conciencia, de la afectividad, del espíritu, de la familia, etc.


El temor a la responsabilidad es causa de que los seres humanos desaprovechen oportunidades que no volverán. La diferencia fundamental entre el triunfador y el fracasado radica en que el triunfador acepta los retos de la vida mientras que el fracasado los rehuye. El triunfador corre riesgos y fracasa muchas veces pero aprende del fracaso y se levanta con más humildad y con más experiencia.


Muchos temen asumir responsabilidades superiores porque piensan que son fuente de angustia y de problemas. En realidad, la responsabilidad es liberadora; ayuda a funcionar a niveles superiores, a sentirse más capaz, más importante y más poderoso, lo cual genera fuerza interna y espíritu de superación.

Nadie tiene la certeza absoluta del éxito, pues la vida está llena de imprevistos. A la hora de asumir responsabilidades hay que tener una seguridad razonable, y después, como dice el refrán: " En el camino se enderezan las cargas"


¿Qué responsabilidades debemos asumir?


La primera de las responsabilidades es la del propio desarrollo. Una persona desarrollada es un bien para sí y para la sociedad; mientras que, una persona ignorante... es una desgracia para sí y para la sociedad.


Tenemos la misión de crear las condiciones para que surja un mundo más justo, más humano y más evolucionado.


Nos enseñan desde niños a ser demasiado personalistas y competitivos; a buscar en forma egoísta nuestro desarrollo y felicidad sin compromiso con la sociedad. Necesitamos desarrollar la dimensión social que nos ayude a salir de nuestro encierro para relacionarnos en positivo con los demás; dar lo mejor de nosotros y participar de esa corriente humana, formada por la verdad y el amor que existe en cada ser humano. Esa corriente es la fuerza que nutre el corazón y la mente de los seres superiores.


Los que tienen conciencia y responsabilidad son seres privilegiados, porque pertenecen a la avanzada de la evolución. Nadie tiene derecho a utilizar sus talentos a su antojo porque son patrimonio de la humanidad y tienen una función social.


El día que el sol deje de iluminar será un astro muerto y el día en que una persona deja de proyectar sobre los demás sus dones será un ser sin sentido.


La frustración y el vacío existencial de las personas se deben en gran medida a que están vacíos por dentro, porque no han desarrollado los talentos que la vida les dio. La frustración es el reproche que la naturaleza les hace para que rectifiquen. Cuanto más son los talentos desaprovechados, mayor es la frustración.


Todo lo dicho pertenece a la intimidad de cada persona, de modo que puede pasar desapercibido a los ojos de los demás; pero no a los ojos de la vida.

Las personas que no asumen la responsabilidad, además de causarse daño a sí mismas se convierten en un karma que perjudica a toda la sociedad.


El concepto de globalización nos ofrece una visión nueva de la sociedad, según la cual, todos viajamos en el mismo barco y es indispensable que todos rememos para llegar a puerto seguro.
El subdesarrollo, la guerra, la ignorancia o la quiebra económica de una persona o de un país, se convierte en elemento desestabilizador que repercute, en forma negativa, en el progreso y en la armonía de toda la sociedad.


Todos los seres humanos formamos un todo; lo que hace cada persona repercute en la sociedad y lo que hace la sociedad repercute en cada individuo, por esta razón, todos somos responsables de todos y tenemos el derecho y el deber de exigir a cada uno el cumplimiento de sus responsabilidades en beneficio del desarrollo y de la armonía universal.


Estas ideas le tienen sin cuidado a la mayoría de las personas; pero, resulta que este tema no está escrito para la mayoría de las personas; está escrito únicamente para quienes tienen el interés de leerlo porque sintonizan con este pensamiento; de modo que, tú y yo, tenemos el deber de sembrar y abonar estas ideas, primero en nosotros y después en los demás, con la esperanza cierta de que se convertirán en realidad.


Cómo superar el temor a la responsabilidad

El temor a la responsabilidad no sirve de excusa para dejar de actuar. "El ser humano está condenado a ser libre" Ortega y Gasset. y, por tanto, a ser responsable y a tomar decisiones.


Las personas que no aprenden a asumir con valor e inteligencia las responsabilidades de cada día, se van volviendo ignorantes, débiles, inseguras, dependientes y frustradas. En la vida sólo existe un camino y este es hacia delante. Hay que intentar, intentar y volver a intentar.


Una persona sin responsabilidad carece de autoridad moral y no es digna de confianza, debido a que la irresponsabilidad se asocia a otras formas de conducta inaceptables.

La irresponsabilidad no es una consecuencia de la ignorancia; si fuera así, existiría únicamente entre las clases más ignorantes; pero ocurre que abunda en todas los niveles sociales.


En épocas pasadas las personas eran más responsables, tal vez porque eran fieles a ciertos principios y valores superiores. Al debilitarse los principios religiosos, morales y sociales se ha debilitado la conciencia y con ella el sentido de responsabilidad.


Se está imponiendo ciertas "filosofías" existencialista, pragmática y hedonista en las que no hay espacio para el desarrollo personal ni para la responsabilidad, porque el único objetivo es lo fácil, lo inmediato y lo placentero. Su lema es carpe diem, disfruta el día. Este mensaje es bueno en sí, porque invita a vivir plenamente cada día; pero todos sabemos que esconde un trasfondo de invitación al libertinaje y a la irresponsabilidad.


Disfruta el día sí; pero pon las bases para que puedas ser feliz hasta los cien años y no te suceda como a tantos parásitos, que al morir el ser que les mantenía se acabó su modus vivendi o como a la cigarra inconsciente e irresponsable que murió al llegar el invierno por no prever en verano.
No temas ser responsable, teme sí, el ser mediocre y cobarde.

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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