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Editorial 26


Éxito


Siempre se ha percibido el éxito como un objetivo que requiere mucho esfuerzo y que sólo unos cuantos privilegiados pueden lograr; sin embargo, el éxito está al alcance de todos. El error está en concebirlo como el logro de cosas (riqueza, poder, fama...) lo cual no está al alcance de todos; además estos éxitos son efímeros y así como vienen se van.


Las sociedades más avanzadas tienen un nivel económico superior y se han convertido en ejemplo a seguir, pero han impuesto unos modelos de éxito que no responden a las verdaderas necesidades e intereses de los seres humanos; de modo que, los éxitos que se logren en este sentido terminarán decepcionando.


Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental de EEUU, señalaba que un 46 por ciento de los norteamericanos, 135 millones, sufriría un serio desorden mental en 2005, según los diarios estadounidenses The Washington Post y Usa Today.


Por su parte, The Washington Post señala que nadie sabe por qué existen índices tan altos de enfermedades mentales en USA, pero reconoce la importancia de los "factores culturales"


Las minorías, a pesar de su pobreza, padecen de menos problemas mentales porque viven en familia, se apoyan unos a otros y evitan la soledad y el abandono que aqueja a las mayorías más ricas: ocho de cada diez neoyorquinos viven solos , lejos de sus familias y del lugar donde nacieron. Esta realidad es una advertencia que invita a cuidar y cultivar los valores familiares.

Para no sentirnos decepcionados de la vida ni de nosotros mismos, necesitamos adquirir un criterio correcto acerca del verdadero éxito. Existen muchas clases de éxitos "relativos" (aprobar un examen, tener un trabajo, etc.) Estos éxitos son importantes y necesarios porque contribuyen a fortalecer la autoestima. Pero son éxitos circunstanciales que dependen de muchos factores que no podemos controlar, lo cual genera temor e inseguridad.


El éxito tiene muchos aspectos y la riqueza material es solamente uno de sus componentes. El éxito también se compone de salud, energía, entusiasmo por la vida, realización en las relaciones con los demás, libertad, creatividad, estabilidad emocional y psicológica, sensación de bienestar y paz. Pero ni siquiera experimentando todas estas cosas podremos realizarnos plenamente, a menos que cultivemos los valores del espíritu que dan trascendencia a nuestra vida y nos colocan por encima de lo efímero y pasajero de las cosas.

Para quienes creen en Dios, es percibir la divinidad en cualquier lugar a donde vayamos, en cualquier cosa que veamos: en los ojos de un niño, en la belleza de una flor, en el vuelo de un pájaro, en el amanecer. Cuando comencemos a vivir la vida como un milagro maravilloso y como una oportunidad para aprender, para amar, para crear y para ayudar, entonces comprenderemos el verdadero significado del éxito. Necesitamos acercarnos de una manera más espiritual al éxito y a la riqueza.


Todo lo que existe funciona de acuerdo a leyes. Existen leyes físicas, psicológicas, sociales, morales, espirituales. La finalidad de estas leyes es lograr que todo funcione bien de acuerdo a su naturaleza y logre el mayor desarrollo y plenitud posibles.


Es importante que tengas una idea correcta del éxito para que no te suceda como a tantas personas que luchan durante toda su vida por el logro de objetivos que creen importantes y al final sólo les queda vacío y desilusión.


Es importante llenar el bolsillo con dinero pero es más importante llenar el corazón con afecto, el cerebro con ideas, la conciencia con valores y el alma con fe, esperanza, ilusiones y felicidad.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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