Editoriales

Editorial 16


Perseverancia


La inteligencia no es garantía de éxito, pero sí lo es la perseverancia.


El mundo está lleno de inteligentes frustrados. Los tontos no tienen conciencia de su fracaso y por tanto, tampoco de frustración. En realidad, los mayores frustrados son personas muy inteligentes, que creyeron que la vida era fácil y cayeron en la pereza mental. Ahora tienen conciencia de las oportunidades perdidas, pero carecen del hábito de la perseverancia, por lo cual, todo queda en proyectos y en buenas intenciones.


Muchos estudiantes que sobresalen intelectualmente en el colegio y en la universidad, después fracasan en la vida real, porque no han tenido que esforzarse. Esta situación hace que no desarrollen la suficiente personalidad, la cual se logra, día a día, en lucha constante contra las dificultades reales de la vida. En consecuencia, tienen poca experiencia y poca fortaleza para la competencia real de la vida.


La perseverancia es garantía de éxito. La razón está en que la persona constante, pone atención e interés en lo que hace y de forma progresiva se va enriqueciendo con ese intangible llamado experiencia y sabiduría. Además, el interés pone a funcionar otras inteligencias como la intuitiva y la emocional.


En una sociedad de cambios y de prisas, queda poco tiempo para dedicarse a las cosas con paciencia y constancia, sin embargo el tiempo y la perseverancia son ingredientes importantes de toda obra valiosa. Toda creación importante supone tiempo y dedicación. Los grandes triunfadores de la ciencia, de la empresa, del arte, del deporte... viven abocados en cuerpo y alma a su trabajo; piensan y sueñan en su trabajo, convertido en un reto ineludible.


Cuenta la historia que hacia el año 333 A.C. Alejandro Magno, con un ejército de 30.000 hombres de infantería y 5.000 de a caballo cruzó el Helesponto y se lanzó contra los sátrapas persas, al frente de los cuales estaba el rey Darío, quien a pesar de contar con un ejército de un millón de hombres fue derrotado en las batallas de Iso y Arbela.


En el 327 A.C. Alejandro Magno se lanzó a la conquista de la India, para lo cual debía superar las altas montañas del Hindu Kush que forman parte de la cordillera del Himalaya. Estaba haciendo planes en su tienda de campaña cuando le entró la duda sobre si continuar o desistir, en vista de lo difícil de la empresa, cuando atrajo su atención una hormiga que intentaba remontar un repliegue de la tienda de campaña; la hormiga fracasó varias veces en su intento hasta que al fin logró su cometido. Alejando entendió el mensaje: "En la perseverancia está la victoria". Cruzó las montañas del Hindu Kush y entró en la India.


En todas las culturas existen cuentos que exaltan el valor de la perseverancia. En el cuento de la tortuga y la liebre , no llega primero el que corre más rápido sino quien es más constante y responsable.


La perseverancia debe ser un hábito de todos los días. Supone disciplina física y mental. La verdadera disciplina nace de dentro y es condición para alcanzar las metas.


La verdadera disciplina no supone sacrificio, cuando nace de la motivación y de la convicción.
La disciplina no es un objetivo en sí, sino un medio para alcanzar las metas deseadas. La disciplina supone: planificación, orden, control del tiempo, de la energía y de las ideas. Significa: "Estar en lo que estás".


Los seres humanos buscamos los éxitos fáciles y rápidos. Ignoramos que todas las cosas importantes de la vida, como son: El conocimiento, la experiencia, la verdadera riqueza, la libertad y la felicidad, son una conquista personal, producto de un proceso largo que exige conocimiento, dedicación, perseverancia y tiempo.


Existe en la China un bambú que apenas crece 10 centímetros en los 6 primeros años. Durante este tiempo utiliza toda su energía en echar raíces extensas y profundas. (Los campesinos que desconocen los secretos de este bambú lo eliminan por creer que no sirve)

Pasados los seis años inicia un desarrollo rápido, llegando a crecer hasta 30 metros en sólo seis semanas. Este crecimiento vertiginoso impresiona a la gente y no es para menos; sin embargo, el crecimiento del bambú no es espontáneo. Como todas las cosas importantes de la vida, es el resultado de un proceso largo. El bambú ha estado creciendo desde el día que lo sembraron, sólo que su crecimiento no ha sido hacia arriba como todos esperaban, sino que, guiado por la sabiduría de la naturaleza, se ha dedicado a desarrollar raíces extensas y profundas, capaces de soportar sus tallos de 30 metros y resistir la presión de los vientos.


Recuerda que, cuanto más alto quieres llegar, más profunda y extensa debe ser la base; de lo contrario, no tendrás interés en superarte, porque tu cerebro sólo se activa cuando existe un proyecto valioso y posible. Una buena base académica y humana proporciona seguridad e impulsa a crecer.

Programa tu futuro, elabora un proyecto de vida valioso y trabaja en él con perseverancia, teniendo siempre presente que "dependes de la calidad de tu trabajo más que da las circunstancias externas" , por tanto; haz bien las cosas, como el bambú, y tu impulso interno te ayudará a crecer hasta lo más alto que puedes crecer.


Como es natural las dificultades, los fracasos y las frustraciones serán también tus compañeros inseparables de camino; ellos resultan desagradables pero no son tus enemigos, pues te ayudan a rectificar, a prever las cosas y a superarte.

Tus verdaderos enemigos están dentro de ti. Sus nombres son: temor, ignorancia, pereza y egoísmo.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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