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Editorial 14


Hábitos eficaces



Un hábito es una conducta adquirida por repetición. Con el ejercicio se integran cada vez más los movimientos que participan en cada acción. A medida que se van corrigiendo los movimientos inadecuados, la acción se hace más perfecta y eficaz. Con el tiempo el hábito se convierte en conducta automática de modo que la mente queda libre para ocuparse de otras cosas.

Puesto que los buenos hábitos son indispensables para triunfar en lo que deseamos, vamos a comprender mejor los procesos que tienen lugar en el interior del cerebro. Cuando recibimos un estímulo o información, se pone en marcha un proceso químico que genera la formación de una proteína, lo cual hace que el estímulo o información se propague por las neuronas y quede grabado en ellas.
Al principio la grabación es muy leve y temporal. Si el estímulo o información se repite, la grabación se hace cada vez más profunda.
Una vez que el "hábito" o aprendizaje, se ha grabado de forma sólida, queda automatizado, es decir, que, al recibir un estímulo que tiene relación con el hábito o aprendizaje ya adquirido, el cerebro se activa y produce de forma automática e instantánea la respuesta correspondiente. El aprendizaje inicial, convertido en hábito, desencadena un reflejo condicionado.


Este es el mecanismo por el cual aprendemos todo lo que hacemos y todo lo que sabemos.
Casi el 95 % de lo que hacemos todos los días responde a hábitos y a experiencias adquiridas.
Los hábitos son una forma de economizar energía para invertirla en nuevos proyectos.


El desarrollo y el éxito en toda actividad depende de la adquisición de hábitos eficaces. Todo lo que realizas (moverte, caminar, hablar, leer, escribir, pensar, etc.), es el resultado de hábitos. Cuanto más perfectos son los hábitos, más fluidas y eficaces son las conductas y mayores las posibilidades de éxito.


Los hábitos, cuanto más eficaces son, más poder tienen, pues hacen que las conductas resulten fáciles y que se logren los objetivos deseados, lo cual resulta gratificante.


El hecho de que la mayoría de los trabajos resulten pesados y desagradables se debe a que las personas no han desarrollados hábitos eficaces y, por tanto, funcionan por debajo de las exigencias requeridas. Sin hábitos correctos, todo resulta difícil y desagradable.


Los hábitos no se adquieren por simple repetición sino por una integración y jerarquización de los movimiento en una estructura cada vez más simple, perfecta y fluida ; por lo cual es indispensable aprender a hacer bien las cosas, porque al hacerlas bien creamos las condiciones para hacerlas mejor. Por esta razón. "Tú dependes de la calidad de lo que haces"

El autodidactimos no es el mejor método para aprender debido a que exige mucho tiempo y esfuerzo y aprender de los propios errores, lo cual no tiene sentido. Lo más inteligente es aprender de personas exitosas; ellas son los modelos a seguir.


Debido a que los hábitos perfectos son más eficaces y por tanto, más productivos, se ha generado una tendencia a la especialización, a nivel de empresas, profesiones, estudios, deportes, etc. La especialización es buena en sí, pero la excesiva especialización, en detrimento del desarrollo integral de la personas, es contraproducente.


Los hábitos pueden convertirse en conductas rígidas, de modo que la persona puede quedar atrapada en conductas arcaicas que le impiden adaptarse y progresar. Para evitar que los hábitos se conviertan en rutina, necesitamos mantener una actitud creativa, de cambio.


Los hábitos (alcohol, fumar, drogadicción, sexo, juego, compras, deportes, videos, televisión, internet, trabajo, comida, etc.) pueden convertirse en adicciones, cuyas consecuencias ya sabemos; por lo cual es aconsejable poner a tiempo unos límites razonables.


Puesto que toda nuestra vida depende de hábitos, deberíamos aprender, desde niños, numerosos hábitos fluidos y eficaces, tales como: leer bien, pensar, hablar bien, escribir, relacionarnos, disciplina, alimentación, responsabilidad, ser felices, compartir, etc.)
Estos hábitos hacen que la vida fluya de forma natural y espontánea y que el hecho de vivir sea un placer maravilloso.


Los hábitos eficaces transmiten mensajes internos de seguridad. La persona siente un poder interno y la certeza de que puede resolver exitosamente las dificultades de la vida. Tal vez esta sensación interna de seguridad sea el mayor beneficio de tener hábitos eficaces.


Elabora una lista de todos los hábitos que te conviene desarrollar y otra lista de los hábitos que debes rectificar. Luego diseña una estrategia de acción.


Los hábitos son estructuras mentales consolidadas, por lo cual, resulta difícil cambiarlos e imposible eliminarlos; pero existen técnicas de programación muy efectivas que permiten potenciar los buenos hábitos y crear hábitos positivos que desplacen y controlen a los hábitos ineficaces. Las personas rectificar con más facilidad cuando comprenden el daño que les causa sus hábitos negativos y los beneficios que proporcionan las conductas correctas.


Lo expuesto nos enseña la necesidad que tenemos de leer, reflexionar y entrenarnos "todos los días" sobres temas relacionados con los objetivos que queremos lograr. Todo cambio se inicia en la mente y se consolida con la acción.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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